Un residente ayuda a apagar un incendio forestal en el bosque Chiquitanía en Bolivia. FOTO LA HORA/ JUAN KARITA/AP

POR CARLOS VALDEZ /AP
LA PAZ

Un evento inesperado ha irrumpido en el proceso electoral boliviano: el fuego en los bosques de Bolivia y Brasil.

Según analistas, los incendios forestales podrían complicar las chances del presidente Evo Morales de lograr un cuarto mandato en las reñidas elecciones generales de octubre.

Centenares de jóvenes marcharon recientemente en varias ciudades para exigir acciones al gobierno mientras crecen las voces críticas que lo responsabilizan por flexibilizar las normas ambientales.

“Hay una movilización ciudadana muy fuerte… que responsabiliza al presidente Morales por la falta de previsión o por ineficiencia y eso le pasará factura”, dijo a The Associated Press Carlos Cordero, analista político y profesor universitario.

A pesar de haber enarbolado la defensa de la Pachamama (Madre Tierra) en los foros internacionales, Morales es cuestionado por ser permisivo con las quemas y promover los asentamientos de colonos.

En julio el mandatario aprobó un decreto que autoriza el desmonte y permite las “quemas controladas” para actividades agropecuarias. Otra ley amnistió a quienes realizaron quemas ilegales y el año pasado impulsó la producción de biodiesel y etanol, medida criticada por los ambientalistas.

El gobierno rechazó derogarlas a pesar del pedido de 80 instituciones. “No creemos que sea necesario. Las normas no son una causa directa. Estas prácticas (quemas) vienen de muchos años y lo que queremos es que haya quemas controladas”, dijo el ministro de Medio Ambiente, Carlos Ortuño.

La sequía se adelantó y no era recomendable iniciar quemas para habilitar campos de cultivo y renovar pastos, pero las autoridades ignoraron las alertas climatológicas, según la Fundación Amigos de la Naturaleza.

Hasta el fin de semana 38 mil 793 focos estaban activos y se habían quemado 950 mil hectáreas de las que 77% son sabanas y pajonales y 23% son bosques, según el director de la Autoridad de Bosques y Tierras, Cliver Rocha. El año más crítico fue 2016 con 63 mil 443 focos.

Los incendios son en la Amazonia boliviana pero la región más castigada es la Chiquitanía, un bosque seco de 20 mil millones de hectáreas que en los últimos años se ha transformado en una zona de expansión agrícola y ganadera en la provincia oriental de Santa Cruz, el motor agroindustrial de Bolivia.

La zona es vecina de la Amazonia y el Pantanal, a cuyas puertas llegó el fuego, dijo el teniente Douglas Rioja de la Armada.

Morales, que estaba el martes en la región coordinando las tareas de más 3 mil 500 personas entre soldados, policías y voluntarios, anunció que declarará una «pausa ecológica» en la zona de los incendios y contratará otro helicóptero cisterna estadounidense.

Jorge Dulón, analista político y profesor en la Universidad Católica, dijo que los incendios afectarán la campaña de Morales. “La gente ve que hay una política de deforestación para favorecer a unos, entre ellos a cocaleros, ganaderos y agroindustriales. La gente lo responsabiliza. Los indecisos, que son 21% del electorado, pueden volcar sus preferencias”.

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