Shawn Terry, candidato demócrata a la legislatura estatal de Texas. Foto la hora: Paul J. Weber/(Ap.

Por BRIAN SLODYSKO y PAUL J. WEBER
AUSTIN, Texas, EE.UU.
Agencia (AP)

Los demócratas, aún resentidos por las elecciones del 2010 en que los republicanos ganaron seis gubernaturas y obtuvieron 21 mayorías en legislaturas estatales, están ávidos de lanzar una contraataque por lo que han invertido millones de dólares en esas contiendas locales.

En un acaudalado distrito históricamente republicano en los suburbios de Dallas, el demócrata Shawn Terry ha recabado 235.000 dólares, una suma inaudita para unas elecciones que no ocurrirán sino dentro de más de un año. En Virginia, donde los republicanos tienen una estrecha mayoría, los demócratas han recabado más dinero que sus rivales, por primera vez en muchos años. Los demócratas incluso están invirtiendo fondos en Luisiana, de arraigada mayoría republicana.

La intensa competencia refleja que las consecuencias de las elecciones del año entrante van mucho más allá de la suerte futura del presidente Donald Trump. El partido que controle la legislatura podrá trazar los mapas electorales de ese estado, en un proceso que ocurre apenas una vez por década. Tras su victoria en el 2010, los republicanos emplearon esa táctica y ahora los demócratas quieren responder.

Las consecuencias podrían ser particularmente agudas tras el reciente fallo de la Corte Suprema de que los tribunales federales no pueden intervenir en disputas sobre circunscripciones electorales, al menos en la mayoría de los casos. El fallo no se aplica en casos de distritos electorales trazados por criterios étnicos, pero aparte de ello, le da a las legislaturas locales amplio espacio de maniobra sin temor a repercusiones judiciales.

Organizaciones como EMILY’s List, la Asociación de Gobernadores Demócratas y el Comité Legislativo Demócrata han recibido una mayor cantidad de donaciones este año, casi alcanzando a los republicanos que suelen superarlos en esas áreas, según un análisis de documentos de impuestos revisado por The Associated Press.

Y prominentes demócratas que en el pasado donaban poco a candidatos locales esta vez están desembolsando cuantiosas cantidades para esas campañas, según el análisis de AP. Entre ellos el multimillonario George Soros (por lo menos 5,4 millones de dólares), el inversionista Donald Sussman (por lo menos 4,8 millones) y el empresario y multimillonario Fred Eychaner (por lo menos 4,2 millones).

Tales cifras no toman en cuenta las donaciones de grupos sin fines de lucro, que tanto republicanos como demócratas usan como herramienta para recaudar fondos. Ellos no tienen que divulgar sus donaciones sino hasta el año que viene.

Aun así, el dinero está llegando a las campañas locales.

Priorities USA, el mayor grupo activista pro demócrata, y EMILY’s List anunciaron recientemente que invertirían 600.000 dólares para campañas de movilización de votantes en Virginia. Por primera vez, el grupo demócrata American Bridge está investigando el pasado de numerosos candidatos republicanos locales.

Y el Comité Legislativo Demócrata, que está dirigiendo los esfuerzos en Virginia, dice que ha recaudado 9 millones de dólares desde las elecciones legislativas del 2018, un récord, y está en vías de cumplir su meta de recaudar 50 millones para todo el ciclo electoral.

Incluso han surgido grupos dedicados exclusivamente a las campañas locales, como el Comité Demócrata Nacional de Distritos Electorales, dirigido por el ex secretario de Justicia Eric Holder con el respaldo del ex presidente Barack Obama.

Todo se debe a la experiencia traumática que tuvieron los demócratas en el 2010 cuando, extasiados en la primera etapa la administración Obama, perdieron de vista a las campañas estatales. Jessica Post, una estratega demócrata, recuerda la noche en que estaba fuera de un bar en Harrisburg, Pensilvania, cuando se enteró de la aplastante derrota de su partido.

“Después de lamentarme, volví a entrar en el bar, abrí una cerveza y me prometí que esto no iba a ocurrir en el 2020″, declaró Post, quien es ahora líder del Comité Legislativo Demócrata.

La renovada atención a las campañas estatales es un agudo contraste con el pasado, cuando las elecciones a la presidencia y al Congreso eran el tema principal. El ex gobernador de Virginia Terry McAuliffe dijo que el momento del gran viraje fue en el 2016 cuando él, la entonces líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y otros jefes del partido reunieron a importantes donantes en un hotel en Filadelfia y argumentaron con ahínco que era necesario invertir mal en las campañas estatales.
Las elecciones del próximo año se realizarán de acuerdo con los mapas trazados por los republicanos tras sus victorias del 2010. Pero los demócratas albergan esperanzas de que el dinero que están invirtiendo, la mayor participación electoral en un año de presidenciales y el descontento hacia Trump, especialmente en los suburbios, les dará la ventaja.

En Texas, por ejemplo, los demócratas sólo necesitan nueve escaños para ganar la Cámara de Representantes, lo que les daría algo de poder tras más de cuarto de siglo de irrelevancia política. Si los demócratas ganan la cámara baja, los republicanos no podrían modificar la circunscripción electoral por su cuenta.

Para el Senado de Minnesota, los demócratas necesitan sólo dos escaños para ser mayoría; para la Cámara de Representantes de, cuatro. En Pensilvania, los demócratas necesitan nueve escaños para ganar la cámara baja y cuatro para ganar el Senado. En Florida, les faltan cuatro para ganar el Senado y para ganar el de Wisconsin necesitan sólo tres. En Carolina del Norte, necesitan cinco para el Senado y seis para la cámara baja.

Los republicanos se están tomando la amenaza en serie.

Austin Chambers, presidente del Comité Republicano de Liderazgo Estatal, reconoció que organización deberá recaudar más dinero que nunca antes aunque declinó dar una cifra exacta.

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