POR JOSEPH KRAUSS /AP
JERUSALÉN
Para los críticos, la decisión de Benjamin Netanyahu de prohibir la entrada a Israel a dos congresistas demócratas por petición del presidente Donald Trump es la imprudente apuesta más reciente de un Primer Ministro dispuesto a sacrificar los intereses nacionales a cambio de beneficios a corto plazo.
La medida enfureció a los demócratas y podría provocar que Israel se convierta todavía más en un problema partidista en un momento en que los estadounidenses están fuertemente divididos y Trump enfrenta una dura contienda para la reelección.
Y, sin embargo, buscar estas políticas a corto plazo ha mantenido a Netanyahu y su partido Likud en el poder durante más de una década, el líder de más larga duración en la historia de Israel. La medida más reciente, popular entre su base de derecha, la toma cuando busca un cuarto periodo en las próximas elecciones, algo sin precedentes.
Los constantes bandazos de Israel hacia la derecha no parecen dar marcha atrás. Su negación de acceder a las exigencias internacionales de dar concesiones a los palestinos no sólo no ha provocado serias consecuencias por parte de Washington, sino que ahora es premiado y fomentado por la Casa Blanca.
“Desde que Likud llegó al poder en 1977 e Israel invadió Líbano en 1982, Israel ha vivido con advertencias urgentes sobre la creciente división entre los judíos estadounidenses e israelíes, o sobre la contradicción entre la afirmación de Israel de ser una democracia y su dominio antidemocrático sobre más de un millón de palestinos”, dijo Nathan Thrall, jefe del Proyecto Árabe-Israelí en el Grupo Crisis, un centro de investigación basado en Bruselas.
La semana pasada, Netanyahu prohibió la entrada de las congresistas musulmanas Rashida Tlaib e Ilhan Omar, quienes han sido serias críticas de Trump y del trato que Israel da a los palestinos. Netanyahu dijo que ambas quedan vetadas por su apoyo a un movimiento de boicot internacional, pero Israel recién había dicho el mes pasado que todos los miembros del Congreso serían bienvenidos.
La decisión parece haber sido una respuesta directa a Trump, quien ha buscado que las congresistas de izquierda sean la imagen del Partido Demócrata en su intento por animar a sus seguidores antes de las elecciones del 2020. Trump dijo que habló con “gente de allá” sobre la visita, sin dar detalles, y tuiteó que sería una “demostración de debilidad” que Israel les permitiera entrar.