La misteriosa desaparición en 1983 de la hija quinceañera de un empleado de la Santa Sede tomó un nuevo giro con las excavaciones de los últimos días en un cementerio de Ciudad del Vaticano: Foto la hora: AP.

Por NICOLE WINFIELD
CIUDAD DEL VATICANO
Agencia (AP)

La misteriosa desaparición en 1983 de la hija quinceañera de un empleado de la Santa Sede tomó un nuevo giro con las excavaciones de los últimos días en un cementerio de Ciudad del Vaticano: el descubrimiento de dos osarios debajo de una boca de tormenta que se abrirán formalmente la semana próxima.

El jueves se abrieron las tumbas de dos princesas alemanas del siglo XIX en el cementerio del Pontificio Colegio Teutónico con la esperanza de hallar los restos de Emanuela Orlandi, cuya familia había recibido una denuncia en ese sentido.

Las tumbas estaban totalmente vacías.

El Vaticano dijo en ese momento que se habían realizado varias obras estructurales en el colegio y el cementerio cerca de la Basílica de San Pedro a partir del siglo XIX, y que se realizarían nuevas investigaciones.

Hoy, el vocero vaticano Alessandro Gisotti dijo que esas investigaciones se habían centrado en zonas adyacentes a las tumbas y habían “identificado dos osarios situados bajo el pavimento de una zona en el interior del Pontificio Colegio Teutónico cubierta por una boca de tormenta”.

Dijo que inmediatamente se selló la zona y se la abrirá el 20 de julio en presencia de peritos forenses.

Orlandi desapareció en 1983 tras salir del apartamento de su familia en la Ciudad del Vaticano para asistir a una clase de música en Roma. Su padre era un empleado laico de la Santa Sede.

A lo largo de los años se ha vinculado su caso con toda clase de sucesos, desde una conspiración para asesinar al Papa Juan Pablo II hasta el escándalo financiero del banco vaticano y el hampa romana.

En 2017, un conocido periodista investigador italiano causó sensación al publicar un documento robado de un mueble cerrado en el Vaticano que insinuaba que la Santa Sede estaba implicada en la desaparición de Orlandi. El Vaticano dijo que el documento era falso, pero no explicó por qué se encontraba en ese mueble.

El presunto autor del documento era un cardenal; supuestamente incluía una lista de gastos para el mantenimie nto de Orlandi.

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