Madrid/Europa Press
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró ayer que los migrantes que entran de forma ilegal en el país y se encuentran en centros de detención, viven «mucho mejor» ahora que cuando estaban en sus países de origen.
«Muchos de estos extranjeros ilegales están viviendo mucho mejor ahora que de donde ellos vienen y en condiciones más seguras», ha indicado el mandatario a través de su cuenta en la red social Twitter.
«Si los migrantes ilegales no están satisfechos con las condiciones en los centros de detención que han sido construidos rápidamente. Dígales que no vengan. ¡Todos los problemas resueltos!», ha manifestado.
Trump también ha señalado a los demócratas que si quieren cambiar la situación deben «cambiar las leyes de inmigración», algo que ha asegurado que es «muy fácil de hacer».
«Si realmente quieren arreglar la crisis en la frontera, tanto humanitaria como de otro tipo, dígale a los migrantes que no entren en nuestro país a menos que estén dispuestos a hacerlo legalmente y, con suerte, a través de un sistema basado en el mérito», ha subrayado el mandatario. «¡De esta manera no tenemos ningún problema!», ha añadido.
El presidente estadounidense ha aplaudido el trabajo de los agentes de la Patrulla Fronteriza y ha recalcado que «no son trabajadores del hospital, médicos o enfermeras».
Además, Trump también ha agradecido a México por sus esfuerzos y ha afirmado que ese país está haciendo un trabajo «mucho mejor» que los demócratas en la frontera.
México acordó el 7 de junio reducir el número de migrantes que llegan a la frontera de Estados Unidos en un período de 45 días, después de que Trump amenazara con imponer aranceles del 5 por ciento a todos los bienes mexicanos si el flujo de migrantes no se reducía.
Citando datos de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, el Ministerio mexicano ha indicado que 100,037 migrantes fueron detenidos en la frontera entre ambos países en junio, frente a los 144,278 en mayo, incluidas personas que aparecieron en puertos de entrada y fueron considerados inadmisibles.
Cada año miles de migrantes, en su mayoría de El Salvador, Guatemala y Honduras, huyen de la violencia y pobreza en casa y, atravesando México, emprenden una larga y peligrosa travesía en busca del tan ansiado sueño americano.