CIUDAD DE MÉXICO
AP
Andrés Manuel López Obrador ha sido el presidente de México más accesible a la prensa en la historia reciente, pero utiliza con regularidad su plataforma para desacreditar a algunos periodistas como agentes de la élite en el país.
Esta semana, López Obrador se refirió a un sector de la prensa como “el hampa del periodismo” debido a los frecuentes cuestionamientos que le hacen acerca de las políticas de su gobierno.
Sin embargo, la palabra más utilizada por el Presidente para señalar a esa prensa es la de “fifí”, que alude a frivolidad o elitismo. Cuando un reportero veterano que dijo conocer a López Obrador desde hace 30 años discrepó con ese término en la conferencia de prensa del viernes, el mandatario intentó situarla en un contexto histórico.
López Obrador explicó que la palabra “fifí” aludió en sus inicios a la prensa privilegiada y elitista que celebró la tortura y asesinato de Gustavo Madero, hermano del presidente Francisco Madero, en 1913.
“No es para que todo el mundo se sienta fifí, sólo que tenga ese pensamiento conservador y esas actitudes”, declaró López Obrador.
Las críticas del mandatario, difundidas desde la tribuna más importante del país, golpean a una prensa local que se ha sentido comprensiblemente acosada durante años. México es uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, y seis comunicadores han sido asesinados desde que López Obrador asumió la Presidencia el 1 de diciembre, según el Comité para la Protección de Periodistas, con sede en Nueva York.
La semana pasada, con motivo del segundo aniversario del asesinato del renombrado reportero Javier Valdez, que cubría temas de narcotráfico, diversos defensores de la libertad de expresión, incluido el CPP, firmaron una declaración en la que manifestaron preocupación por las actitudes hostiles hacia la prensa y la tendencia de López Obrador a rechazar las voces críticas.
Sin embargo, la controversia se reavivó el viernes porque el periódico Reforma publicó una lista incompleta de medios de comunicación y periodistas que recibieron pagos del gobierno previo.
En México, los periódicos tienen presupuestos que a menudo dependen de la publicidad gubernamental, la cual históricamente les era asignada según la inclinación política del medio.
López Obrador dijo que su gobierno ha reducido la adquisición de espacios en medios de un equivalente a 525 millones de dólares en el último año de gobierno de su predecesor, Enrique Peña Nieto, a un equivalente a 210 millones en 2019. Sin embargo, cuando el reportero Antonio Ruiz, del medio digital Sin Censura de Chicago, le preguntó por qué no se eliminaba totalmente la publicidad oficial en México, López Obrador dijo que el gobierno tiene la necesidad y el derecho a difundir sus mensajes.
El mandatario señaló que el gasto de la publicidad oficial es legal, aunque indicó que algunos periodistas recibían antes dinero aparte del gobierno.
El Presidente también dijo que entregó la información al Instituto de Transparencia del país en respuesta a solicitudes para que se hiciera pública, y el secretario presidencial de prensa, Jesús Ramírez, aclaró que en fecha próxima se difundirá una lista completa. Fue muy notoria la ausencia de algunos de los principales medios del país en esa lista.
Sin embargo, las críticas verbales más recientes de López Obrador fueron una sorpresa, incluso mientras algunos lo defienden por atender una solicitud de información y lo elogian por incrementar su tiempo con el público.
Normalmente López Obrador ofrece conferencias de prensa cinco días a la semana desde las 7 de la mañana en el Palacio Nacional.