POR MICHAEL BALSAMO/AP
WASHINGTON
Una activista rusa por el derecho de portar armas que reconoció ser agente del Kremlin y trató de infiltrarse en grupos políticos de derecha estadounidenses cuando Donald Trump ascendía al poder dijo creer que sus apuntes y análisis eran “valiosos” para los funcionarios rusos.
Maria Butina, quien confesó haber reunido información clandestinamente sobre la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) y otros grupos bajo instrucciones de un exlegislador ruso, dio una entrevista a la National Public Radio que salió al aire el viernes.
Butina, de 30 años, se declaró culpable de actuar como agente extranjera no registrada y una corte estadounidense la condenó en abril a 18 meses de prisión. Estaba en prisión desde su detención en julio.
Butina confesó que junto con el exlegislador ruso Alexander Torshin utilizó sus contactos en la NRA para buscar canales clandestinos hacia la derecha estadounidense durante la campaña presidencial de 2016. Violó la ley al no reportar sus actividades al gobierno.
Como parte de su acuerdo con la fiscalía, Butina reconoció que «intentó crear líneas extraoficiales de comunicación con estadounidenses que tienen poder e influencia en la política de Estados Unidos».
En la entrevista con NPR, Butina reconoció que sabía que Torshin entregaba la información recogida por ella al ministerio del Exterior ruso y dijo que para ella era un honor.
«Dije que me sentiría honrada porque, bueno, soy una mujer joven y hay personas en el ministerio de Asuntos Exteriores que consideran que mis apuntes, mis análisis, eran valiosos», dijo. «Era muy agradable para mí. Por eso, desde luego, dije que sí».
Butina reconoció que debería haber reportado sus actividades al gobierno federal estadounidense, pero alegó que realizó sus actividades abiertamente y que no era espía. Sus abogados sostuvieron que era una estudiante interesada en la política y en mejorar las relaciones entre ambos países.
«Amo a los dos países y estaba construyendo la paz», dijo Butina en la entrevista.
Ahora dice que siente «vergüenza porque en lugar de crear la paz, al no registrarme generé discordia», algo que dice la acompañará por el resto de su vida.
Butina será deportada a Rusia luego de purgar su condena. Dijo que no le preocupa regresar a Rusia porque la gente que la conoce «sabe que no soy espía ni tengo información secreta».