POR BASSEM MROUE /AP
BEIRUT
Tropas del gobierno sirio tomaron una aldea en el noroeste del país conocida por su fortaleza medieval, en el avance hacia la provincia de Idlib, el último gran bastión rebelde, dijeron hoy activistas sirios.
Las fuerzas del gobierno tomaron el poblado de Qalaat al-Madiq después de que los insurgentes se retiraran, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña. Alaa Moadamani, activista en Idlib, confirmó la toma de la población.
Las fuerzas del gobierno controlaban la fortaleza cercana desde hacía un tiempo.
El avance se produjo al día siguiente de que las tropas sirias tomaran otra localidad cercana, Kfar Nabudah.
La última ofensiva, que comenzó el 30 de abril, ha planteado el temor a que el gobierno pueda iniciar una operación más amplia sobre Idlib, donde viven unas 3 millones de personas, la mayoría desplazados de otros lugares del país.
Unas 150 mil personas se han visto desplazadas hace poco en la región, según Naciones Unidas.
La nueva ola de violencia es la violación más grave hasta ahora de la tregua acordada en septiembre con mediación de Rusia y Turquía.
Las fuerzas oficialistas están tratando de recuperar el control de una carretera que atraviesa el enclave rebelde. La carretera iba a ser reabierta a fines de 2018 tras el acuerdo de tregua, pero sigue obstruida.
Rashid al-Ahmed, un farmaceuta en Kfar Nabudah, dijo que todos los habitantes de la aldea han huido hacia el norte, asentándose en campamentos cerca de la frontera con Turquía. Añadió que las fuerzas oficialistas, asistidas por tropas rusas, entraron masivamente en el lugar con cobertura aérea. Numerosas aldeas vecinas también quedaron desiertas en medio de la rápida ofensiva, expresó.
“La gente está pernoctando entre árboles y granjas», narró al-Ahmed, añadiendo que consiguió un lugar para su familia en Atmeh cerca de la frontera. «Es una situación deplorable».