POR GABRIELA SELSER/AP
MANAGUA
Las procesiones religiosas del Viernes Santo en la capital de Nicaragua adquirieron un tono político, ya que fueron aprovechadas por algunos para manifestarse contra el gobierno del presidente Daniel Ortega.
Mientras cientos de fieles caminaban en la tradicional procesión del Viacrucis hasta la catedral de la ciudad, docenas de manifestantes gritaban “justicia” y cargaban cruces de madera con los nombres de quienes fallecieron durante las movilizaciones del año pasado. Ondeaban la bandera nicaragüense, que se ha convertido en un símbolo de la oposición.
Cuando la protesta continuó afuera de la catedral, policías antimotines se movilizaron para dispersarla con granadas aturdidoras y gas lacrimógeno. Algunos manifestantes jóvenes arrojaron piedras e intentaron guarecerse entre los fieles tras las puertas de la catedral. La policía rodeó el lugar.
José Pallais, miembro del grupo opositor Alianza Cívica que ha participado en un diálogo con el gobierno, dijo que el nuncio apostólico Waldemar Sommertag estaba mediando entre las autoridades y la oposición para que los manifestantes pudieran salir a salvo de la catedral.
Posteriormente algunos inconformes salieron de la catedral, pero ya avanzada la tarde la policía seguía afuera del lugar y unos 100 manifestantes continuaban en el interior, temerosos de salir, señaló Pallais. Dijo que había oído de dos lesionados, incluida una mujer joven lastimada por una lata de gas lacrimógeno.
En un comunicado, la Policía Nacional indicó que no tenía conocimiento de que hubiera heridos y que no había arrestado a nadie. Dijo que manifestantes enmascarados armados con piedras, morteros caseros y algunos que traían armas se infiltraron en la procesión y luego se ocultaron en los terrenos de la catedral.
El miércoles, un gran número de policías frustraron una marcha de la oposición con la que se pretendía conmemorar el aniversario de las protestas. Las manifestaciones públicas quedaron prohibidas desde el año pasado.
El viernes se cumplió el aniversario de los primeros tres fallecimientos después de que el gobierno y partidarios suyos armados se movilizaron para aplastar las manifestaciones en 2018.
Por lo menos 325 personas han muerto en las protestas y por la represión del gobierno, dijo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Las movilizaciones comenzaron contra los recortes a la seguridad social y se utilizaron después para exigir la renuncia de Ortega.
El mandatario sostiene que las manifestaciones del año pasado fueron un intento de golpe de Estado orquestado por fuerzas extranjeras. Sin embargo, los observadores internacionales no han hallado evidencia de una conspiración para derrocar al exrevolucionario que encabezó el derrocamiento del dictador Anastasio Somoza en 1979.
quien el mes pasado fue blanco de ruidos de simio al jugar para Inglaterra un partido en Montenegro, y el defensor del Manchester United Chris Smalling, quien pidió regulaciones más severas de lo que se publica en las redes.