SAN ANTONIO/DPA/EP

La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos dejará en libertad en los próximos días a «una gran cantidad» de familias inmigrantes en varios lugares de la frontera con México debido a que sus instalaciones se han visto desbordadas, algo que ya hizo la semana pasada en Texas.

«Hay que hacer algo», ha confesado un miembro de la Patrulla Fronteriza bajo condición de anonimato ante un grupo de periodistas en San Antonio. «Estamos a plena capacidad en todos los sitios», ha asegurado.

Las áreas del Valle del Río Grande y El Paso son las zonas más afectadas. La llegada de familias de inmigrantes ha aumentado tanto que la Patrulla Fronteriza tomó la rara decisión de liberar a 2 mil personas, según ha relatado este funcionario.

Algunos de estos inmigrantes han afirmado que han sido retenidos durante una semana junto a sus hijos en condiciones miserables antes de dejarles en libertad con una citación para comparecer ante el tribunal de migración.

REFUGIOS SE PREPARAN PARA LIBERACIÓN

Los refugios locales, que ya están sufriendo para hacerse cargo de los inmigrantes liberados recientemente y sus familias, están preparándose para más.

Según el funcionario de la Patrulla Fronteriza, las puestas en libertad están previstas en El Paso, Yuma, Arizona, San Diego y posiblemente Del Río. «Desgraciadamente estamos infrafinanciados en nuestras instalaciones», ha asegurado. «Es una responsabilidad tener a la gente bajo nuestra custodia tanto tiempo», ha afirmado.

El director del refugio Annunciation House en El Paso, Rubén García, ha anunciado que se va a reunir con miembros de la Patrulla Fronteriza para discutir cuántos inmigrantes puede acoger allí. Los refugios de la zona ya estaban casi llenos ayer cuando el ICE liberó a 750 inmigrantes.

MENOS INMIGRANTES, PERO MÁS FAMILIAS

A pesar de todo esto, el número de inmigrantes que cruzan la frontera ilegalmente está muy por debajo de los picos de los primeros años 2000, pero la aparición de familias enteras presenta un desafío mucho más grande que los que viajan solos y ha sido clave en el colapso.

De los 66 mil 450 migrantes interceptados el mes pasado, más de la mitad estaban viajando con sus familias y otros 9 mil 653 llegaron a la frontera con sus familias a pedir asilo.

La Patrulla Fronteriza calcula que dejará bajo custodia este mes a 100 mil inmigrantes, más del doble que el hace un año, de los que 55 mil han llegado en familias, incluyendo 40 mil niños.

Después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declarase la emergencia nacional para pagar la construcción de su largamente prometido muro, el Congreso aprobó 415 millones de dólares para mejorar el cuidado médico de las familias, incluyendo un nuevo centro con espacio para 800 inmigrantes en El Paso, pero no estará abierto hasta dentro de meses.

Recientemente, el centro que procesa las llegadas de inmigrantes en el valle de Río Grande estaba al 245 por ciento de su capacidad, según la Patrulla Fronteriza, y esta superpoblación ha alcanzado niveles similares en Yuma, El Paso y McAllen.

Durante una visita a El Paso ayer, el comisario del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, Kevin McAleenan, ha advertido de que la agencia ha alcanzado «un punto crítico» y que «se enfrenta a una crisis humanitaria sin precedentes en toda la frontera sur».

«Estamos haciendo todo lo que podemos simplemente para evitar una tragedia», ha afirmado, pero «con estos números, con este tipo de enfermedades que estamos viendo en la frontera, me temo que es solo cuestión de tiempo».

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