POR SARAH EL DEEB/AP

La ofensiva contra el último reducto del grupo Estado Islámico en el este de Siria se ha topado con un obstáculo inesperado: la presencia de cientos de civiles que siguen viviendo allí, dijo hoy el viernes el comandante de la fuerza kurda que participa en los combates.

Las fuerzas respaldadas por Estados Unidos, llamadas Fuerzas Democráticas Sirias, lanzaron la ofensiva hace una semana en la aldea de Baghuz, después de que 20 mil _muchos de ellos mujeres extranjeras casadas con combatientes del Estado Islámico_ fueron evacuados por vía de un corredor en la provincia de Deir el-Zur.

El comandante de las FDS, Adnan Afrin, dijo que en los últimos días combatientes del grupo extremista han sacado a cientos de civiles de túneles subterráneos para que las FDS y la coalición multinacional estén al tanto de su presencia.

Calculó que unos mil civiles, entre ellos mujeres y niños, siguen en la zona y que los rebeldes los están usando como escudos humanos.

«Esto fue una sorpresa total. No nos habíamos imaginado que había tantos civiles todavía allí», declaró Afrin.

Manifestó que bien podrían ser familias de combatientes de ISIS, pero que de todas maneras la ofensiva se había detenido a causa de ellos. «No queremos causar una masacre en el último reducto que les queda», dijo.

La semana pasada la coalición desató una oleada de bombardeos y cañoneos que parecían presagiar el fin de la campaña contra el Estado Islámico en el último baluarte que le queda en Siria. Miles de personas, entre ellas combatientes extranjeros y sus familias, salieron del área en medio de encarnizados combates en momentos en que las FDS se aproximaban por tres flancos, cobijadas por bombardeos de la coalición.

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