PIEDRAS NEGRAS, MÉXICO/AP

Una fábrica en desuso donde unos mil 800 migrantes centroamericanos se encuentran encerrados en el norte de México, cerca de la frontera con Texas, está rodeada de agentes de policía fuertemente armados.

Las secciones de la planta han sido transformadas en dormitorios en los cuales se los aloja por edad y género, con colchones de espuma de goma azul.

La caravana de migrantes, en su mayoría hondureños, está detenida en Piedras Negras, en la margen mexicana del río Bravo frente a Eagle Pass, Texas.

Estados Unidos ha ajustado la seguridad en los puentes internacionales. Vehículos policiales ocupan la margen del río.

Los migrantes en la caravana suelen esperar semanas o meses para pedir asilo. Los funcionarios de inmigración en Eagle Pass procesan de doce a quince solicitudes diarias.

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