POR ZEKE MILLER/AP
WASHINGTON

El discurso sobre el Estado de la Unión del presidente Donald Trump incluyó una propuesta para los demócratas: aparquen las investigaciones y forjemos acuerdos.

«Si va a haber paz y legislación, no puede haber guerra e investigación”, apuntó Trump.

La propuesta cayó en saco roto _ generando incluso algunas risas _ pero el presidente no pareció molestarse. No se trataba de una propuesta seria sino de un atisbo de los planes de Trump para defenderse en los complicados meses que se avecinan. Con la investigación del fiscal especial cerca de terminar y los empoderados demócratas controlando la Cámara de Representantes, el dirigente se prepara para un aluvión de citaciones judiciales, vistas de alto perfil y recriminaciones políticas.

El tercer discurso sobre el Estado de la Unión de Trump se produjo en el que quizás sea el momento más vulnerable de sus dos años en la Casa Blanca, asediado por las promesas incumplidas, las invasivas pesquisas y un Partido Republicano dividido.

Perseguido por las consecuencias del cierre de gobierno más largo de la historia y enfrentándose a la posibilidad de otro la próxima semana, su mensaje a los legisladores fue un intento de tomar la delantera antes de una disputada lucha por la reelección y las inminentes investigaciones.

«En Estados Unidos se está produciendo un milagro económico y lo único que puede pararlo son las guerras estúpidas, la política o las ridículas investigaciones partidistas”, señaló.

Trump, que le ganó la partida a Washington en 2016, se alista para presentar a los demócratas foco de la «política de la venganza, la resistencia y la retribución”.
Es una táctica que gustó entre los republicanos presentes en la sala, que hace tiempo que se cansaron del enfoque combativo del dirigente hacia sus rivales e investigadores. Pero la estrategia parecía estar destinada a durar solo una noche, y no pudo haber encontrado un promotor más imprevisto.

Trump apenas se reprimió ante los demócratas en los últimos días. Horas antes del discurso, atacó al líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, tras las críticas del neoyorquino. El presidente dijo que Schumer estaba «molesto porque no ganó el Senado, después de gastar una fortuna, como pensó que haría». Antes en la semana, en un llamado a una mayor seguridad fronteriza, alegó que los «demócratas no hacen nada”.

Y en noviembre advirtió que si los demócratas actuaban sobre sus declaraciones discales e intentaban obstaculizar su presidencia con pesquisas, «entonces vamos a hacer lo mismo y el gobierno se paralizará”.

Los demócratas, que recuperaron la mayoría en la Cámara de Representantes en 2018 gracias en gran medida a su promesa para bloquear la agenda de Trump y lanzar amplias investigaciones en su contra, ven la pesquisa como el cumplimiento de su compromiso con los votantes.

«Esta noche, el Presidente habló sobre el honor de estar en la Cámara de Representantes y de todos los progresos que se han logrado aquí”, dijo su presidenta, Nancy Pelosi. «Pero, al mismo tiempo, amenazó al Congreso de Estados Unidos a que no ejerza su responsabilidad constitucional de supervisión”.

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