MADRID
DPA/Europa Press
Los negociadores talibanes han exigido a Estados Unidos que les proporcione un calendario exacto para la retirada de las fuerzas norteamericanas del país a cambio de comprometerse a prohibir la presencia de Al Qaeda y Estado Islámico dentro de sus fronteras, según las líneas maestras de las conversaciones que están ocurriendo en Catar.
De acuerdo con fuentes próximas a las conversaciones, los talibanes también han pedido a EE. UU. que garantice su seguridad en Pakistán, en especial en las llamadas zonas tribales de administración federal, donde suelen refugiarse, antes de plantearse un alto el fuego, como pide la parte norteamericana.
El enviado especial de EE. UU., Zalmay Jalilzad, ha pedido a los insurgentes que se planteen la posibilidad de entablar un diálogo directo con el Gobierno de Kabul, al que los talibán consideran incapacitado para tener voz en estas conversaciones por corrupto e impuesto por Estados Unidos.
Los talibanes todavía no han respondido al enviado norteamericano, pero informaciones de la cadena Tolo News no descartan que los insurgentes inicien por fin un diálogo con las autoridades si consiguen cerrar un alto el fuego durante estas conversaciones.
A LA ESPERA DEL MULÁ
Las conversaciones, que han entrado en su sexto día, esperan la llegada del nuevo líder político talibán, el mulá Abdul Ghani Baradar, que se unirá de manera inminente a los representantes norteamericanos.
Las conversaciones de paz continúan a pesar de que los talibán las abandonaron temporalmente este viernes por las diferencias con el enviado especial de paz de Estados Unidos.
Dos altos cargos talibán en Afganistán han indicado que las conversaciones van a ganar dinamismo después de la designación de Baradar como líder del gripo.
El mulá Baradar fue detenido en febrero de 2010 durante una operación de los servicios de Inteligencia paquistaníes y la CIA. Fue ‘número dos’ del mulá Mohamed Omar, fundador y líder de los talibán hasta su muerte, confirmada en octubre de 2016.
