Por ERIC TUCKER y CHAD DAY/AP

Roger Stone, un colaborador cercano del presidente Donald Trump, fue arrestado antes del amanecer de este viernes en su casa de Florida como parte de la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016, acusado de mentirle al Congreso y obstruir la pesquisa.

La imputación de siete cargos contra Stone un autotitulado “embustero” es el primer caso penal de Mueller en varios meses y revela detalles sobre cómo los miembros de la campaña de Trump tenían conocimiento a mediados de 2016 de que se habían robado correos electrónicos a la campaña de Hillary Clinton y querían que fueran divulgados.

La imputación alega que miembros de la campaña de Trump, a los que no nombra, preguntaron a Stone cuándo podrían divulgarlos.

No se acusa a Stone de asociarse ilícitamente con WikiLeaks, el sitio que publicó los emails, ni con los funcionarios rusos que según Mueller los hackearon. En cambio, se le acusa de manipulación de testigos, obstrucción y declaraciones falsas acerca de sus interacciones relacionadas con la divulgación por parte de WikiLeaks. Stone hizo algunas de esas declaraciones falsas a la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, según el acta de acusación.

El acta detalla las conversaciones de Stone acerca de los emails demócratas publicados por WikiLeaks semanas antes de que el entonces candidato republicano Trump derrotara a Clinton. La oficina de Mueller ha dicho que esos emails, del jefe de la campaña demócrata John Podesta, fueron pirateados por agentes del espionaje ruso.

Dice que la campaña de Trump ordenó a uno de sus altos funcionarios contactar a Stone después del 22 de julio de 2016, cuando WikiLeaks divulgó los emails hackados al Comité Nacional Demócrata y otros grupos. El funcionario, a quien los documentos no identifican, preguntó a Stone acerca de revelaciones adicionales y «qué otra información dañina» tenía WikiLeaks «con respecto a la campaña de Clinton», según el acta.

Stone estaba por comparecer el viernes en una corte en Florida. La imputación ya estaba prevista. Stone ha dicho durante meses que estaba preparado para que lo acusaran, a la vez que ha negado haber cometido delito alguno.

Un jurado de instrucción escuchó durante meses las declaraciones de testigos relacionados con Stone. Adicionalmente, la comisión de inteligencia votó el año pasado divulgar una transcripción de las declaraciones de Stone a Mueller como precursora del acta de cargos.

Stone ha denigrado públicamente la investigación de Mueller y se ha hecho eco del presidente cuando la califica de cacería de brujas, pero ha llamado la atención de los investigadores durante mucho tiempo, sobre todo a la luz de un tuit de 2016 que parece demostrar conocimiento de que los emails pirateados a Podesta serían divulgados a la brevedad. Stone ha dicho que desconocía el contenido de los emails en poder de WikiLeaks o cuándo serían divulgados.

Ha dicho que se enteró por Randy Credico, un conductor de programas de radio en Nueva York, que WikiLeaks tenía los correos y planeaba revelarlos. Stone ha divulgado emails que según él apoyan esa afirmación.

Los fiscales habían ofrecido indulgencia a Jerome Corsi, un amigo de Stone, divulgador derechista de teorías conspirativas, a cambio de que confesara que había mentido intencionalmente a los investigadores acerca de una discusión con Stone sobre WikiLeaks, pero rechazó la oferta.

Podesta tuiteó el viernes que era «la hora de Roger en el barril». Fue un juego de palabras con una declaración del mismo Stone, quien tuiteó poco antes de la divulgación de los emails de Podesta de que se acercaba la «hora en el barril» de éste.

Artículo anteriorBachelet pide pesquisa de violencia en Venezuela
Artículo siguienteFieles a la verdad (o lo más cerca posible de ella)