BRUSELAS
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El primer ministro de Bélgica, Charles Michel, presentó ayer su renuncia en medio de presiones a su gobierno después que el principal partido de su coalición se distanció debido al respaldo que otorgó Michel a un pacto migratorio de Naciones Unidas.

“Tomo la decisión de presentar mi renuncia. Ahora iré a ver al rey” para informarle, dijo Michel a los legisladores.

Antes de que el premier notificara su decisión, los legisladores exigían que su gobierno minoritario fuera sometido a un voto de confianza. Pero Michel se negó, por lo que era probable que se presentara una confrontación esta semana.

Michel intentó convencer a la Cámara de Representantes de los renovados planes del gobierno y dijo que estaría listo para trabajar con la oposición, pero su propuesta fue rechazada. Entre los temas más importantes a debatir se encontraba el proyecto de presupuesto para 2019.

Algunos miembros de la asamblea presionaron por la realización de elecciones anticipadas antes de mayo, la fecha programada de los comicios. Michel se rehusó una vez más, señalando que solo llevaría a un “estancamiento de todo 2019”. En su lugar, y después de un breve periodo de reflexión, el premier anunció su renuncia.

Mientras los legisladores aplaudían, él tomó su portafolio, estrechó las manos de algunos miembros del gabinete y salió del lugar. Michel no hizo ningún comentario a los reporteros después de ingresar y salir de la residencia del rey Felipe, el castillo real de Laeken.

El papel del rey es principalmente simbólico en Bélgica, pero se vuelve una figura central cuando se presentan elecciones no definidas o disputas que requieren de la formación de un nuevo gobierno, como es el caso.

El palacio real informó vía Twitter que Felipe recibió a Michel y “se reserva su decisión” sobre los siguientes pasos.

La prensa local dijo que el rey se reuniría el miércoles con los líderes de los partidos antes de decidir si aceptar la renuncia que le ofreció el primer ministro a título personal y de su gobierno.

Michel podría ser invitado a encabezar un gobierno provisional antes de que se efectúen las elecciones.

Es la primera vez que el rey se enfrenta a una crisis de este tipo. Felipe ascendió al trono en 2013 después de que su padre, el rey Alberto II, abdicó por motivos de salud.

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