SAO PAULO
Agencia (AP)

Un millar de personas asistieron hoy al oficio fúnebre por los cuatro hombres asesinados a tiros en una catedral en el sureste de Brasil, mientras las autoridades intentaban descubrir los motivos del pistolero.

“A través de las oraciones y la solidaridad nos apoyamos mutuamente en este tiempo de sufrimiento”, dijo monseñor Rafael Capelato a una feligresía que lo escuchaba en silencio y con lágrimas en los ojos.

Según las autoridades, Euler Fernando Grandolpho, de 49 años, abrió fuego después de la misa del mediodía en la Catedral Metropolitana en Campinas el martes. Después se mató de un tiro a la cabeza.

Esto sucede mientras en Brasil se está discutiendo la posibilidad de flexibilizar los controles sobre la posesión de armas.

El presidente electo Jair Bolsonaro, capitán retirado del ejército, ha prometido atacar la violencia y modificar las leyes para que más civiles puedan armarse.

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