Por JILL COLVIN y ZEKE MILLER
WASHINGTON
Agencia (AP)

El presidente Donald Trump anunció hoy que nominará a William Barr, quien fue secretario de Justicia en el gobierno de George H.W. Bush, para ejercer nuevamente ese cargo.

De ser confirmado por el Senado, Barr reemplazará a Jeff Sessions, quien fue destituido por Trump en noviembre. El asistente de Sessions, Matthew Whitaker, ejerce actualmente el cargo de manera interina.

Trump hizo el anuncio mientras salía de la Casa Blanca para ir a un viaje a Missouri. Calificó a Barr como «un hombre estupendo» y «uno de los juristas más respetados del país».

El enojo de Trump hacia Sessions por haberse retirado de la investigación sobre el rol de Rusia en las elecciones lo que contribuyó a la designación de Robert Mueller como fiscal especial abrió una desconfianza profunda entre Trump y su propio Departamento de Justicia.

En sus tuits, Trump habla de “Justicia” entre comillas cuando se refiere a esa dependencia, y suele lanzar diatribas contra los responsables del Departamento porque según él, no investigaron a fondo a Hillary Clinton.

Los demócratas probablemente exigirán, durante el proceso de confirmación, promesas de Barr de que no hará nada para entorpecer la pesquisa en caso de ser ascendido al cargo.

La investigación parece estar dando indicios de que está en su última etapa, lo que provocó una tormenta de tuits por parte de Trump ayer y hoy. Sin embargo, en teoría, un secretario de Justicia podría cortarle los fondos o impedirle ciertas decisiones.
Barr fue secretario de Justicia entre 1991 y 1993, años en los que Mueller trabajaba en el Departamento como director de asuntos penales. Barr luego trabajó como abogado corporativo y actualmente está en un prominente bufete de abogados internacional llamado Kirkland & Ellis LLP.

En su práctica privada, Barr ocasionalmente ha emitido opiniones que podrían suscitar sospechas de los demócratas. Por ejemplo, en noviembre de 2017, en un artículo del New York Times sobre la decisión de Sessions de investigar ciertas actividades de Clinton, Barr declaró: “No tiene nada de malo intrínsecamente que un presidente pida una investigación” aunque aclaró que ello no debe hacerse simplemente porque un presidente lo pide.

Dijo también que hay más razones para investigar un acuerdo para la obtención de uranio forjado cuando Clinton era secretaria de Estado bajo el gobierno de Barack Obama, que para investigar una posible conspiración entre la campaña de Trump y el gobierno ruso para influir en las elecciones presidenciales.

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