POR JAY REEVES Y BRENDAN FARRINGTON/AP
Panamá City, Florida, EE.UU.
Equipos de rescatistas recorrían el jueves el norte de Florida tras el paso del huracán “Michael”, en busca de personas atrapadas entre los escombros. La luz del día reveló un panorama dantesco de innumerables viviendas destrozadas por el tercer huracán más poderoso que haya azotado el territorio de Estados Unidos.
Se atribuyeron al menos dos muertes al debilitado Michael, que aunque reducido a tormenta tropical seguía azotando con vientos y lluvias intensas varias zonas del sureste del país que no terminaban de recuperarse del paso del huracán Florence el mes pasado.
Bajo un cielo totalmente despejado, las familias en Florida salían temerosamente de los refugios y hoteles para encontrarse con un panorama desconocido de casas y centros comerciales arrasados, el sonido de alarmas de seguridad, el ulular de sirenas y el rugido de helicópteros.
Más de 900 mil viviendas y negocios en Florida, Alabama, Georgia y las Carolinas carecían de electricidad.
“Esta mañana, la costa del Golfo (de México), el Panhandle y el Big Bend se encuentran con un escenario de destrucción inimaginable”, dijo el gobernador Rick Scott. “Muchas vidas alteradas para siempre. Muchas familias han perdido todo… Este huracán fue un monstruo total”.
Sin embargo, la verdadera magnitud de los daños apenas se empezaba a conocer, ya que algunas de las zonas afectadas eran de acceso difícil debido a los caminos cubiertos de escombros o inundados.
Uno de los lugares más afectados fue México Beach, donde Michael llegó a tierra el miércoles como un monstruo de categoría 4 y con vientos de 250 km/h (155 mph). El video tomado por un helicóptero de CNN hoy mostró la destrucción generalizada de la población de mil habitantes.
Cuadras enteras de casas cerca de la playa fueron arrasadas y solo quedaban planchas de cemento en la arena. Otras quedaron reducidas a pilas de escombros o inclinadas a ángulos extraños.
Un equipo de la Guardia Nacional que llegó a México Beach durante la noche halló 20 sobrevivientes, pero se desconocía la suerte de muchas otras personas. Las autoridades dijeron que 285 residentes se negaron a acatar la orden de evacuación.
A las 11 de la mañana (1500 GMT), el ojo de Michael se encontraba 60 kilómetros (35 millas) al sur de Charlotte, Carolina del Norte. Con vientos de 85 km/h (50 mph), se desplazaba hacia el noreste a 37 km/h (23 mph).
Los meteorólogos pronosticaron que echaría unos 18 centímetros (siete pulgadas) de lluvia sobre las Carolinas y Virginia antes de volver al mar por la noche.
Las autoridades dijeron que un hombre murió aplastado bajo un árbol en las afueras de Tallahassee, Florida, y que una niña de 11 años en Georgia murió cuando el viento dejó caer el techo de un estacionamiento sobre el techo de su casa. Una de las patas de la estructura atravesó el techo y la golpeó en la cabeza.