Yakarta/dpa

El Gobierno de Indonesia restringió los movimientos de los rescatistas extranjeros y pidió a los grupos de ayuda humanitaria que retiren a su personal pese a que continuó incrementándose hasta 2 mil 010 el número de muertos por los terremotos y el tsunami del 28 de septiembre, informa hoy la agencia Antara.

Además, un nuevo temblor se sintió esta mañana en la isla indonesia de Célebes (Sulawesi) y desató el pánico entre sus habitantes aunque no causó daños.

El paradero de más de 5 mil personas sigue siendo incierto debido a que se hundieron en la tierra carreteras y pueblos enteros por un fenómeno llamado licuefacción del suelo, informó la Agencia Nacional de Protección de Catástrofes. La magnitud de los daños se estima en 10 billones de rupias (657 millones de dólares/574 millones de euros).

«Las ONG extranjeras que quieran ayudar pueden hacerlo a través de la Cruz Roja indonesia, con la guía de las agencias o ministerios o los socios locales», indicaron hoy las autoridades.

El Ministerio de Exteriores aseguró que se trata de una medida para mejorar la coordinación y que en ningún caso los grupos extranjeros con buenas intenciones obstaculicen el trabajo de las organizaciones nacionales.

Sin embargo, el grupo sudafricano Gift of the Givers denunció que viajó a Indonesia con 27 especialistas en rescates y médicos pero que se han pasado los últimos tres días en un hotel en Palu porque no los dejan salir, informó el canal Sky News.

«Es muy difícil de entender que se diga a los equipos internacionales que se vayan después de que han llegado hasta aquí haciendo frente a enormes gastos», afirmó el líder del grupo, Ahmed Bham. «No tiene ningún sentido. Si necesitas trasladar cajas o llevar ayuda, avísanos. Nosotros lo haremos», añadió. «Llevamos buenas medicinas, las distribuiremos», se quejó.

El terremoto de 7,4 del 28 de septiembre y el posterior tsunami arrasaron la ciudad costera de Palu y una serie de pueblos de la zona. Solamente en Palu murieron 1 mil 539 personas, según el portavoz de la Agencia Nacional de Protección de Catástrofes, Sutopo Nugroho. La mayoría a causa de la ola gigantesca, de la que la población no fue alertada.

Mientras tanto, la isla sigue sin poder volver a la calma, pues hoy se vio sacudida por un terremoto de magnitud 5,2 que afortunadamente no ocasionó daños, dijo Sutopo. «El temblor se pudo sentir claramente durante cinco segundos», señaló.

El hipocentro del nuevo temblor fue ubicado por el centro de monitoreo sísmico al noreste de Célebes a una profundidad de diez kilómetros. No se emitió alerta de tsunami.

Artículo anteriorACNUR pide a Gobiernos que donen más fondos para asistir a refugiados
Artículo siguienteSentencia a Baldetti genera reconocimientos al trabajo del MP y CICIG