POR MARY CLARE JALONICK Y THOMAS BEAUMONT/AP
WASHINGTON

La tensión en la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado era casi insoportable, hasta que el senador republicano Jeff Flake anunció que exigiría una investigación del FBI de una semana sobre las acusaciones de agresión sexual lanzadas contra el nominado para la Corte Suprema Brett Kavanaugh.

La comisión, y de hecho todo el Senado, parecía en esos momentos estar al borde del caos.

Los republicanos pronunciaron incendiarios discursos defendiendo a Kavanaugh. Algunos demócratas abandonaron el recinto en protesta porque se convocó a una votación sobre Kavanaugh apenas horas después de haber escuchado el testimonio de la acusadora, Christine Blasey Ford. Grupos de manifestantes llenaron los pasillos, protestando, gritándoles a los senadores.

Como dijo la senadora demócrata Amy Klobuchar, “Esto no es normal”.

Fue entonces que Flake entró en acción. Le pidió al senador demócrata Chris Coons que lo acompañe a una oficina privada adyacente.

Súbitamente, la atmósfera en el recinto empezó a cambiar, una vez que un grupo de senadores se reunieron en un rincón del salón.

Finalmente Flake dijo que no votará a favor de Kavanaugh a menos que se ordene una investigación del FBI. Dijo que dentro de la comisión votaría por pasar el asunto de Kavanaugh al pleno, pero que entonces se debería realizar una investigación.
El anuncio frustró los planes de su partido de confirmar rápidamente a Kavanaugh y confirmó lo que se sospechaba: que el líder de los republicanos en la cámara alta Mitch McConnell no tenía los votos para confirmarlo. McConnell entonces se pronunció a favor de la investigación también a pesar de que antes resistía la iniciativa.

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