POR JONATHAN LEMIRE Y JILL COLVIN/AP
LAS VEGAS

El presidente Donald Trump desató un nuevo torrente de quejas contra los demócratas y los medios de comunicación, acusándolos de tratar de sabotear su gobierno, mientras reiteró que construirá su prometido muro en la frontera con México.

Durante un mitin en Las Vegas anoche en apoyo al senador republicano más vulnerable, Dean Heller, quien busca la reelección por Nevada, Trump también defendió a su nominado para la Corte Suprema, se adjudicó del auge de la Bolsa de Valores y citó el avance en las conversaciones con Corea del Norte.

En particular, Trump centró su discurso a favor de Heller en la necesidad de confirmar a más jueces conservadores, en particular a su candidato a la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, cuya nominación es cuestionada por acusaciones de haber agredido sexualmente a una joven mientras estaba en la escuela secundaria hace más de 30 años. Kavanaugh ha negado las acusaciones.

Mientras continuaban las negociaciones sobre si su acusadora, la doctora Christine Blasey Ford, testificaría la próxima semana, Trump _quien se ha esforzado por no criticar a Ford en los últimos días_ pareció romper con esa estrategia en una entrevista previa a la reunión proselitista con el presentador de Fox News Sean Hannity, en el centro de convenciones.

«Creo que es una situación muy triste», dijo Trump, preguntando: «¿Por qué nadie llamó al FBI hace 36 años? ¿Qué está pasando?». Aunque dijo que Ford debería «dar su opinión», dejó claro que ha terminado la espera: «No creo que puedas retrasarlo más. Ya lo han retrasado una semana».

Durante el acto proselitista, Trump no pronunció una palabra crítica sobre Ford, pero defendió a Kavanaugh, diciendo que tiene «un gran intelecto» y que es «un gran caballero con una reputación impecable».
«Tenemos que dejarlo pasar, pero tengo que decirles que es una buena persona», dijo Trump sobre el proceso de confirmación del Senado. «Creo que todo va a salir bien.»

El resto del mitin fue darle a la multitud las cosas que quería oír. Los asistentes apoyaron repetidamente al Presidente en la sala del Centro de Convenciones de Las Vegas, que no lució completamente llena.

Como de costumbre, Trump fue tras los medios de comunicación y muchos de los asistentes siguieron su ejemplo. Un hombre se paró detrás de los periodistas que acompañan al Presidente, gritándoles repetidamente la palabra «traidores”.

En cierto momento, mientras leía una lista de los que considera logros de su gobierno, Trump se enfocó en lo que sus asesores creen que es su mejor tema y el de su partido: el fuerte estado de la economía. Se atribuyó el mérito de las ganancias registradas por el mercado de valores y la baja tasa de desempleo de la nación. Mientras, acusó a los demócratas de hacer todo lo posible para fomentar la división y frenar el crecimiento.

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