POR CHAD DAY Y ERIC TUCKER/AP
Alexandria, Virginia, EE.UU.
De acuerdo con Heather Washkuhn, quien fue contadora del exjefe de la campaña presidencial de Donald Trump Paul Manafort, éste infló los ingresos de sus negocios en varios millones de dólares y le ocultó cuentas bancarias en el extranjero que usaba para comprar artículos de lujo y pagar gastos personales.
Sin embargo, según el testimonio ofrecido durante el juicio contra Manafort por evasión fiscal y fraude bancario, agregó que su exjefe aprobó «cada centavo» de las cuentas personales que la contadora pagó por él.
La contadora ofreció su testimonio ayer ante un tribunal federal en Alexandria, Virginia.
Ese testimonio es importante para el equipo del fiscal especial Robert Mueller, que busca refutar los argumentos de la defensa de que Manafort no puede ser responsable de fraude financiero porque dejó los detalles de sus gastos a terceros. Eso incluye a su antiguo socio Rick Gates, quien se declaró culpable a principios de este año y se espera que testifique pronto como testigo estrella del gobierno.
«Yo diría que él estaba muy bien informado. Era muy detallista. Aprobó cada centavo de todo lo que pagamos», dijo Washkuhn al jurado.
También describió los documentos presentados por Manafort para obtener préstamos. Los fiscales dicen que en los documentos se inflaron los ingresos netos de su negocio en aproximadamente 4 millones de dólares y agregan que él trató de hacerlos pasar como provenientes de su firma de contabilidad.
Los documentos fraudulentos para obtener un préstamo fueron presentados después de que terminó el trabajo de consultoría política de Manafort en Ucrania y mientras él comenzaba a tener problemas financieros, según los fiscales.
Washkuhn contó a los jurados sobre una serie de correos electrónicos que ella le envió en 2016, advirtiéndole que él estaba atrasado en sus pagos, incluso a ella misma.
Manafort enfrenta cargos de fraude bancario y evasión fiscal que podrían llevarlo a prisión por el resto de su vida. Es la primera prueba judicial del equipo de Mueller, que investiga los intentos de Rusia de interferir en las elecciones de Estados Unidos y si el equipo de la campaña presidencial de Trump conspiró con Moscú para influir en los votantes estadounidenses.
Aunque la cuestión de una posible colusión sigue sin respuesta, el juicio por fraude financiero contra Manafort ha puesto al descubierto el lucrativo y reservado mundo del cabildeo en el extranjero que hizo rico a Manafort.
Otros testigos que testificaron esta semana dijeron que Manafort les pagó millones de dólares provenientes de cuentas en el extranjero vinculadas a empresas de fachada en el extranjero a fin de pagar trabajos de jardinería, ropa cara e incluso una máquina de karaoke.
Cuando el fiscal Greg Andres leyó algunas de las compañías en el extranjero a la contadora de Manafort, ella respondió que Manafort nunca le habló de ellas. Agregó que las habría documentado para efectos de impuestos si él lo hubiera hecho.