Por agencia/dpa
Nueva York

El abogado de Joaquín «El Chapo» Guzmán advirtió al juez del caso de que podría dejar la defensa del narco mexicano si permite que la fiscalía intente probar durante el juicio un número indeterminado de conspiraciones para el asesinato sin garantizar un nuevo aplazamiento del proceso.

«Si se requiere al abogado defensor proceder bajo estas circunstancias, se le estará forzando a retirarse más que a proceder a un juicio para el que se le ha impedido estructuralmente estar preparado», señala el letrado Eduardo Balarezo en un escrito enviado anoche al juez federal de Nueva York que debe juzgar a «El Chapo».

Balarezo justifica su advertencia con la obligación que impone la propia ley a los letrados de prepararse para defender a sus clientes. «Lo que decimos es que si nos obligan a ir a juicio sin poder defenderlo, sería necesario retirarnos del caso porque no podemos cumplir nuestra obligación ética», declaró hoy el abogado a dpa.

El presunto exjefe del cártel mexicano de Sinaloa, sobre el que se cierne la amenaza de la cadena perpetua, está acusado de 17 cargos ante la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.

Ninguno es un delito de sangre, pero en el principal de ellos, el de manejo continuado de una empresa criminal, la fiscalía asegura que empleó sicarios que habrían cometido asesinatos y secuestros entre centenares de actos violentos.

En un escrito reciente, la fiscalía asegura que pretende probar durante el juicio varias «conspiraciones para cometer asesinato» en las que asegura que Guzmán estuvo implicado. Para ello pretende presentar una serie de testigos, que Balarezo considera que son «cooperadores» encarcelados en Estados Unidos que han llegado a un acuerdo con el Gobierno para testificar contra su cliente y «reducir sus condenas».

La queja principal del abogado es que la vaguedad de la información aportada por los fiscales y el retraso en hacerlo no le permite prepararse para ello.

Pide por ello al magistrado Brian Cogan que impida que la fiscalía presente esas conspiraciones como evidencias o, en caso de no hacerlo, que retrase el juicio y obligue a los fiscales a otorgarle la información inmediatamente para poder prepararse.

El inicio del juicio contra «El Chapo» ha sido pospuesto ya en dos ocasiones, la última de ellas la semana pasada, cuando Cogan lo aplazó en dos meses, hasta el 5 de noviembre, cumpliendo en parte la solicitud del letrado, que había pedido cinco meses.

La fiscalía no ha dado el número exacto de conspiraciones que pretende probar durante el juicio y pretende mantener en secreto la identidad de las víctimas que asegura que de conocerse permitirían saber el nombre de los testigos que van a cooperar con el Gobierno. Además, ha fijado la muerte de algunas en una horquilla de más de veinte años, entre 1989 y 2014, y no ha desvelado dónde se cometieron esos crímenes ni cómo.

«No se puede esperar que la defensa se prepare para defenderse contra un número no conocido de distintas conspiraciones de asesinato en solo 14 semanas», indica el abogado de «El Chapo» en su escrito.

Desde su extradición a Estados Unidos, el 19 de enero de 2017, el narco mexicano espera juicio en régimen de aislamiento en una prisión de máxima seguridad de Manhattan.

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