San José
DPA
El Gobierno de Costa Rica está adoptando medidas ante la posibilidad de una inminente oleada migratoria de nicaragüenses debido a la crisis política que sacude al vecino país, que ha dejado un saldo de más de 350 muertos, según organismos de derechos humanos, dijeron hoy fuentes migratorias.
El ingreso de nicaragüenses que escapan de la violencia se incrementó en los últimos días, al punto de que están ingresando al menos 3 mil ciudadanos desde Nicaragua por semana, confirmó la dirección de Migración.
Ante la posibilidad de que estalle una emergencia migratoria, la canciller Espy Campbell dijo que el Gobierno está gestionando ante la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y otros Gobiernos ayuda para atender una posible crisis.
Debido al aumento en el flujo de inmigrantes nicaragüenses en las últimas semanas, el Gobierno habilitó dos albergues en la Cruz, cerca de la frontera con Nicaragua, y en Golfito, en la zona sur del país.
En esos dos lugares operaron albergues durante una grave emergencia migratoria enfrentada por Costa Rica entre el 2015 y el 2016, cuando unos 8 mil cubanos primero y miles de haitianos y de otras nacionalidades después ingresaron al país por la frontera con Panamá y pretendían llegar hasta Estados Unidos ante el temor de que ese país endureciera sus políticas migratorias.
Desde que estalló la crisis política en Nicaragua a mediados de abril, incubada en un inicio por protestas en rechazo a una reforma al sistema de seguridad social y que desembocó luego en manifestaciones en todo el país contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega, varios miles de nicaragüenses han solicitado refugio en Costa Rica.
En las últimas semanas, se observaron largas filas de inmigrantes frente a las oficinas de migración en San José.
No obstante, el Gobierno de Costa Rica dijo que la mayor parte de esos ciudadanos ya residían en el país, descartando así una emergencia migratoria.
Tradicionalmente, Costa Rica ha sido un país receptor de población migrante.
Poco antes de la caída de la dictadura de Anastasio Somoza, hace cuatro décadas, y luego durante la guerra entre sandinistas y los «contras», miles de nicaragüenses emigraron de forma legal o clandestina hacia territorio costarricense.
Se calcula que el país ha llegado a albergar hasta a más de 600 mil nicaragüenses, muchos de los cuales llegan también en busca de fuentes de trabajo.
En el pasado, Costa Rica sirvió de refugio también a miles de salvadoreños y guatemaltecos que escapaban de la situación de violencia que vivían esos países, golpeados entonces por guerras civiles.
El país también es receptor de emigrantes colombianos y venezolanos, entre otras nacionalidades, y antes lo fue de chilenos, argentinos y ciudadanos de otros países del Cono Sur, gobernados entonces por regímenes militares.
Ante la posibilidad del estallido de una nueva crisis migratoria, el Gobierno formó hace dos meses una comisión interinstitucional para atender una eventual emergencia.