POR CHAD DAY/AP
WASHINGTON

Una activista en favor de las armas de 29 años actuó como agente encubierta de Rusia mientras vivió en Washington, reunió información sobre funcionarios estadounidenses y organizaciones políticas y trabajó para establecer líneas de comunicación secretas para el Kremlin, según la acusación federal presentada ayer.

El anuncio del arresto de Maria Butina se produjo horas después de la reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Rusia, Vladimir Putin, y a unos días de que el fiscal especial Robert Mueller acusó a 12 funcionarios de inteligencia rusos de dirigir una vasta ciberoperación para influir en las presidenciales de 2016.

Mueller no presentó cargos contra Butina, pero los registros judiciales mostraron que sus actividades giraron en torno a la política estadounidense durante la campaña electoral de 2016 e incluyeron esfuerzos para usar contactos con la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) para desarrollan relaciones con políticos estadounidenses y recabar inteligencia para Rusia.

Un estadounidense no identificado que trabajó con Butina dijo haber participado en el establecimiento de una “línea de comunicación privada” antes de los comicios de 2016 entre el Kremlin y funcionarios «clave» de un partido político estadounidense a través de la NRA, agregaron los archivos.

Los documentos no identifican a la formación política mencionada en el mensaje de octubre de 2016, pero contienen detalles que parecen referirse al Partido Republicano. Los papeles no aclaran si el canal llegó a establecerse.

La NRA, que ya había sido relacionada con Butina tanto en reportes públicos como en información revelada por miembros del Congreso, no respondió de inmediato a peticiones de comentarios.

Butina, una ciudadana rusa que estuvo viviendo en Estados Unidos, fue acusada de conspiración para actuar como agente no registrada del gobierno ruso. Un juez federal en Washington ordenó su ingreso en prisión hasta una audiencia prevista para el miércoles, según un comunicado del Departamento de Justicia y Jessie Liu, fiscal federal del distrito de Columbia.

El abogado de Butina, Robert Driscoll, dijo a través de un comunicado que las acusaciones son “exageradas” y que la fiscalía criminalizó oportunidades mundanas de establecer contactos. Según Driscoll, Butina no era una agente de la Federación Rusa sino que estaba en el país con una visa de estudiante, graduándose en la American University en una maestría en relaciones internacionales.

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