Por Johnny Cajina/dpa
Managua, 15 jul (dpa)
Tiroteos, capturas de opositores, ataques a religiosos y al menos diez muertos, marcaron la jornada de ayer en Nicaragua, mientras crece la condena internacional ante la escalada de violencia.
Según organismos de derechos humanos independientes, al menos diez personas, entre ellos cuatro policías y una niña que no recibió atención médica, murieron en varias ciudades de Nicaragua durante operativos de paramilitares contra manifestantes atrincherados en barrios y carreteras.
La situación de mayor tensión se vivía en la ciudad de Masaya, a 27 kilómetros de la capital, sitiada y bajo ataque desde temprano por fuerzas combinadas de la policía y paramilitares, según denunció Álvaro Leiva, director de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH, independiente).
Leiva dijo al Canal 15 (privado) que era urgente establecer un «corredor humanitario» para evacuar una gran cantidad de heridos y poder salvar vidas.
«No podemos evacuar heridos en este momento, por favor, como un gesto humanitario que se abra un corredor para sacar a los heridos. La ciudad (de Masaya) está bloqueada. No hay forma de entrar ni de salir y negar la atención médica a los heridos de un conflicto se convierte en un crimen de lesa humanidad», agregó.
Según el activista de derechos humanos, entre los fallecidos hay cuatro policías antimotines y una niña de diez años de Catarina (sur de Masaya) que recibió un impacto de bala en el abdomen. «La niña falleció por falta de atención médica», aseguró.
La violencia se desató desde las primeras horas de ayer a las pequeñas ciudades vecinas de Catarina, Niquinohomo (provincia de Masaya), Diriá y Diriomo (provincia de Granada), donde la población despertó con el ataque de paramilitares que desalojaron «tranques» (bloqueos de carreteras) y barricadas.
Sin mencionar los violentos operativos contra los bloqueos, el portal oficialista El 19 Digital publicó fotografías de los tramos de carretera que dijo «ya están liberados y la población puede circular con tranquilidad y seguridad, para realizar sus actividades cotidianas».
Los operativos incluyen la detención ilegal de manifestantes opositores, aseguró Leiva.
Las detenciones ilegales también fueron denunciadas por Yubrank Suazo, dirigente del opositor Movimiento 19 de Abril de Masaya, quien vía telefónica confirmó al Canal 15 una «fuerte presencia de paramilitares en todas las salidas de la ciudad» con la aparente intención de atacar el barrio Monimbó, bastión de la oposición en las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega.
La jornada también incluyó ataques a religiosos. En Nindirí, al sur de Managua, paramilitares y partidarios del Gobierno atacaron a balazos el vehículo en el que viajaba el obispo de Estelí (norte), monseñor Abelardo Mata, reconocido crítico del presidente Ortega. El religioso y su conductor resultaron ilesos.
Mientras, en Catarina, al sur de Masaya, paramilitares y policías entraron por asalto en la casa cural de esa ciudad turística y robaron pertenencias de un sacerdote, denunció la Arquidiócesis de Managua.
La CIDH y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACNUDH) informaron que se presentaron en la cárcel El Chipote y en Tribunales del Complejo Judicial de Managua para conocer el estado de los detenidos. «El acceso fue restringido en ambos sitios. Pedimos al Estado y a la Justicia nicaragüense acceder a situación jurídica de los presos», indicó hoy la CIDH en tuit.
La creciente violencia que estremece Nicaragua recibió hoy la condena de la Unión Europea (UE) y los Gobiernos de España, Costa Rica, Ecuador y Chile, que urgieron al Gobierno de Ortega reanudar la vía del diálogo.