Washington
Agencia (dpa)

El secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, instó hoy a la comunidad internacional a que se pronuncie y exija al Gobierno de Daniel Ortega «poner fin inmediato a la represión» y «las violaciones a los derechos humanos» en Nicaragua.

Abrao compareció ante el consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington, para actualizar a los países miembro sobre la situación en el país centroamericano, que desde el 18 de abril atraviesa su peor crisis en décadas.

En el marco de las protestas contra el Gobierno de Ortega han muerto 264 personas, según la cifra actualizada de la CIDH ofrecida hoy por Abrao. Los heridos ascienden a más de 1,800.

«En consideración al deterioro y la profundización de la grave crisis de derechos humanos que tiene lugar en Nicaragua, la CIDH hace un llamado a la comunidad internacional para que se pronuncie y le exija al Estado nicaragüense poner fin inmediato a la represión y las detenciones arbitrarias, así como a todas las demás violaciones a los derechos humanos que se vienen registrando», manifestó el secretario ejecutivo de la CIDH.

Abrao compareció ante la OEA después de que a principios de mes se instalara en Nicaragua el equipo de expertos internacionales (GIEI) que investigará la violencia y de que a finales de junio se formara el Mecanismo Especial de Seguimiento (MESENI) para monitorear la situación de los derechos humanos allí.

El MESENI ha observado una «profundización y diversificación de las formas de represión contra la población manifestante y opositora», así como contra quienes están en los retenes y barricadas protestando y quienes de alguna forma colaboran con las protestas, dijo Abrao.

El MESENI recibió «información recurrente» que indica que las detenciones se realizan sin orden judicial. No se informa a los detenidos de las causas de los arrestos, no son puestos a disposición de un juez y no tienen acceso a familiares o defensa.

Abrao volvió a instar al Gobierno de Ortega a que ofrezca un listado de todas las personas fallecidas y heridas en el ataque del lunes contra miembros de la Iglesia Católica, entre ellos el nuncio apostólico, el cardenal y el obispo auxiliar de Managua, ocurrido el lunes en Diriamba, al sur de Managua.

La crisis nicaragüense entró por primera vez en el consejo permanente de la OEA -el órgano en el que se reúnen regularmente los 34 países miembro a través de sus embajadores- el pasado 22 de junio con la presentación del informe final que la CIDH realizó tras su visita en mayo a Nicaragua.

Hasta ese día, Nicaragua había sido una crisis prácticamente olvidada en la OEA, que desde hace dos años tiene puesto el foco en la situación en Venezuela. La comparecencia de hoy de Abrao responde al compromiso expresado ese día por un alto número de países miembro de involucrarse en la búsqueda de una solución en Nicaragua.

El malestar con Ortega allí se remonta a mucho antes de esta oleada de protestas. La oposición denunció fraude en los comicios municipales de 2008 y en los presidenciales de 2011. De las de 2016, en las que fue reelegido con el 72,5 por ciento de los votos, fueron excluidos algunos opositores. Los comicios carecieron de observación independiente.

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