POR JONATHAN LEMIRE/AP
NUEVA YORK
La pugna política sobre el tema de la inmigración ha degenerado en insultos personales en Estados Unidos: el presidente Donald Trump ofende la capacidad intelectual de una legisladora, mientras los demócratas temen que alguna de su propia retórica resulte contraproducente ahora que se avecinan las elecciones de medio período, en noviembre.
El carácter incendiario del discurso político ha llegado a niveles no vistos desde la campaña electoral de 2016, y la táctica republicana al parecer responde al menos en parte al deseo de animar a su base con miras a los comicios legislativos.
Trump, ha desafiado activamente los límites del decoro político y se ha abocado a debates divisivos que se desarrollan en todas partes, desde restaurantes y canchas de fútbol americano a programas de televisión. La expulsión de la vocera presidencial Sarah Huckabee Sanders de un restaurante en Virginia cristalizó el descontento público hacia el gobierno, si bien los demócratas están divididos en cuanto a cómo responder a un presidente que contradice la conducta tradicional de un jefe de Estado.
Trump respondió airadamente ayer a la representante demócrata por California Maxine Waters, quien había declarado en una concentración política: «Si ven a alguien de este gobierno en un restaurante, en una tienda por departamentos, en una gasolinera, ¡vayan y generen una multitud y respóndanles con fuerza!»
Replicó Trump en un tuit: «La congresista Maxine Waters, una persona con muy bajo cociente intelectual, se ha convertido junto con Nancy Pelosi, en el Rostro del Partido Demócrata. Acaba de pedir que se agreda a los simpatizantes, de los que hay muchos, del movimiento Hagamos Grande a Estados Unidos. ¡Cuidado con lo que pides Max!».
Otros demócratas se distanciaron de las palabras de Waters, al parecer conscientes de que esa línea dura podría perjudicarles en las decisivas elecciones de noviembre.
«En los meses cruciales que se avecinan, debemos esforzarnos por hacer que este país sea lindo de nuevo», tuiteó Pelosi, la dirigente de los demócratas en la cámara baja. «La diaria falta de civismo por parte de Trump ha provocado respuestas que son predecibles pero inaceptables. Vayamos avanzando, votando en las elecciones, logrando la unidad de costa a costa”.
El líder de los demócratas en el Senado, Charles Schumer, declaró que “la mejor solución es ganas elecciones. Esa es una manera mucho más productiva de canalizar las legítimas frustraciones hacia las políticas de este presidente, que estar hostigando a los miembros de su administración”.
Trump aparenta estar ávidamente deseoso de participar en el pugilismo político, lanzando ácidas opiniones sobre el programa de televisión Roseanne y sobre si los jugadores de fútbol americano tienen derecho a hincarse en protesta por la situación social de los negros en el país. En parte, el enardecido discurso de Trump parece ser parte de una estrategia para energizar a su base de entusiastas seguidores de cara a las elecciones de noviembre, en las que parece incierta la suerte de los republicanos.