Buenos Aires,
Agencia dpa
Una huelga general llevada a cabo hoy por la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical de Argentina, paralizó la actividad del país en rechazo a la política económica del presidente, Mauricio Macri.
La medida de fuerza había sido decidida el 12 de junio pasado por la CGT para reclamar un alza de los salarios frente al aumento de la inflación y las tarifas de los servicios públicos, y en desacuerdo con el pacto que el Gobierno de Macri firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El convenio acordado con el organismo internacional le permitió a Argentina acceder a un crédito a tres años de 50 mil millones de dólares para superar la crisis cambiaria y financiera que provocó la depreciación del peso frente al dólar estadounidense.
A cambio, Macri deberá llevar adelante una fuerte reducción fiscal. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunció a los argentinos que el país afrontará «dos o tres meses difíciles».
En el acuerdo con el FMI, además, el Gobierno estimó que la inflación rondará el 27 por ciento cuando finalice 2018, casi tres puntos porcentuales más que el año pasado.
La huelga paralizó los servicios de transporte de autobuses, metros, trenes, taxímetros, aviones y puertos.
Además, afectó a la venta de combustible, la actividad bancaria, la distribución de alimentos y el dictado de clases en las escuelas.
En tanto, organizaciones sociales y sindicatos interrumpieron el tránsito de vehículos en los principales accesos y en el centro de Buenos Aires.
«Es un paro (huelga) simplemente político. No hay una consigna detrás», opinó el jefe de Gabinete argentino, Marcos Peña, en declaraciones al canal CNN.
La CGT convocó la huelga por 24 horas después de que fracasaran distintas negociaciones salariales con el Gobierno.
«Con (la ex presidenta) Cristina (Fernández de Kirchner) comía todo el mundo, hoy hay gente que no come», comparó el poderoso jefe del sindicato de camioneros, Hugo Moyano, en una entrevista con el canal América TV.
Por su parte, Juan Carlos Schmid, uno de los jefes de la CGT, vaticinó que la huelga llevada hoy a cabo será «la más importante de los últimos ocho años», y pronosticó una etapa de «mayor conflictividad» si el Gobierno no corrige el rumbo económico.
La protesta tuvo el apoyo explícito del sector de la Iglesia católica argentina que tiene mejor relación con el papa Francisco.
Monseñor Jorge Lugones, presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (Cepas), dijo que «la huelga es una herramienta que propone la doctrina social de la Iglesia cuando se dan situaciones de injusticias sociales».