POR JILL COLVIN Y CATHERINE LUCEY/AP
WASHINGTON (AP)
Enfrentando una creciente ola de indignación de parte de demócratas y algunos republicanos por la separación forzada de niños y padres migrantes en la frontera con México, el presidente Donald Trump no dio su brazo a torcer hoy, y de nuevo culpó erróneamente a los demócratas por la creciente crisis política.
Los demócratas han criticado duramente la política, y algunos republicanos se han sumado. La ex primera dama Laura Bush calificó la medida de «cruel» e «inmoral», la senadora republicana Susan Collins expresó su preocupación al respecto y un ex asesor de Trump puso en duda que el uso de la política vaya a presionar a demócratas en cuanto a propuestas migratorias.
La secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen rehusó el lunes disculparse por aplicar las leyes de inmigración que han dado como resultado la separación de niños y padres. Durante un discurso de la Asociación Nacional de Sheriffs en Nueva Orleáns, rechazó las críticas que dicen que su departamento está cometiendo actos inhumanos e inmorales.
«No estamos haciendo nada de esas cosas. Estamos aplicando leyes aprobadas por el Congreso», dijo, e hizo un llamado para que el Congreso apruebe una reforma migratoria.
Nielsen dijo que dejar en libertad a los padres con sus hijos equivale a una política de «salga de cárcel gratis» para los inmigrantes sin autorización.
Trump dijo que los niños «están siendo usados por algunos de los peores criminales del planeta» para poder ingresar a Estados Unidos.
«Alguien ha visto los Crímenes que se cometen al sur de la frontera», lo cual calificó de «histórico».
La respuesta del gobierno se dio en medio de críticas de ambos lados del espectro político. En una columna de opinión publicada el domingo en el Washington Post, la señora Bush hizo los más fuertes comentarios sobre la política hasta ahora, desde el punto de vista republicano.
«Vivo en un estado fronterizo. Aprecio la necesidad de reforzar y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de ‘cero tolerancia’ es cruel. Es inmoral. Y me rompe el corazón», escribió. Comparó la política con la detención de los japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, a lo que se refirió como «uno de los capítulos más vergonzosos de la historia de Estados Unidos».