FILES - This combination of two May 27, 2018 file photos shows Colombian presidential candidates Gustavo Petro, left, and Ivan Duque, in Bogota, Colombia. Voters will choose between Petro, a leftist former guerrilla and Duque, a young conservative lawmaker, Sunday, June 17, 2018, in a presidential runoff election to decide who will lead the nation as it implements a still-fragile peace accord. (AP Photos/Ricardo Mazalan, Fernando Vergara, Files)

Por CHRISTINE ARMARIO,
BOGOTÁ
Agencia AP

Un ex guerrillero enfrenta a un joven legislador conservador hoy en la elección presidencial para decidir quién dirigirá Colombia y seguirá poniendo en práctica el acuerdo de paz, que sigue siendo un proceso frágil.

El ex guerrillero y ex alcalde de Bogotá Gustavo Petro y el favorito Iván Duque tienen opiniones diferentes sobre el histórico acuerdo que puso fin al conflicto más largo de Latinoamérica y podrían moldear significativamente la manera cómo Colombia sigue adelante en algunos aspectos claves del proceso.

Petro promete ratificar el acuerdo de 310 páginas mientras que Duque quiere hacer cambios como pedir que los ex combatientes vayan a la cárcel antes de entrar a la política si fueron hallados culpables de crímenes contra la humanidad. Según el acuerdo final, los rebeldes que confiesan todo y ofrecen indemnizaciones a sus víctimas tienen pocas probabilidades de terminar tras las rejas.

«Para el proceso de paz indudablemente es una prueba importante», dijo Patricia Muñoz, profesora de ciencias políticas de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá.

La primera elección presidencial desde la firma del acuerdo de paz del 2016 ha polarizado a los votantes y dividido a familias. Duque ganó la primera ronda que se realizó en junio, superando a Petro por 14 puntos porcentuales pero quedando corto de la mayoría necesaria para evitar una segunda vuelta. Encuestas recientes indican que Duque sigue teniendo una ventaja decisiva pero también señalan que la brecha entre ambos se está reduciendo.

Cuando los centros de votación abrieron el domingo por la mañana, los colombianos comenzaron a formar filas afuera. Uno de los primeros en votar fue el actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que invitó a sus compatriotas a participar en las elecciones. El mandatario garantizó que la contienda será limpia y contará con el monitoreo de varias organizaciones internacionales.

«La democracia colombiana se está fortaleciendo cada vez más», dijo Santos. «Sé qué estamos en pleno campeonato mundial de fútbol, pero hay suficiente tiempo para ejercer este derecho.»

Funcionarios dijeron que 53.000 policías resguardarían los centros de votación por todo el país para asegurarse de que la elección se lleve a cabo de manera segura. Durante el conflicto, algunos centros de votación en zonas remotas fueron blancos de ataques de los rebeldes izquierdistas, que consideraban que el sistema político era una farsa. Pero las más recientes elecciones se han realizado sin mayores contratiempos.

El ministro de Defensa Luis Carlos Villegas dijo que las elecciones locales y nacionales de este año han sido «las más seguras en las dos últimas generaciones.»

Duque, quien tiene tres hijos, es pupilo del poderoso ex presidente Alvaro Uribe, uno de los líderes más admirados y aborrecidos de la historia reciente en Colombia. Casi a punto de cumplir 42 años, Duque sería el presidente más joven en Colombia en más de un siglo. Críticos ven con recelo el hecho de que la limitada experiencia política de Duque podría dejarlo dependiente de Uribe, quien es el líder de la bancada de su partido en el Senado.

Aunque millones de colombianos elogian a Uribe, otros sostienen que su presidencia fue empañada por violaciones de derechos humanos. Si bien logró estimular la economía colombiana y debilitar los grupos ilegales armados, dirigió el gobierno en una época en la que oficiales militares mataron a miles de civiles y vestían los cadáveres como rebeldes para inflar el total de muertos a cambio de vacaciones y bonos salariales.

En señal de lo tenso que siguen las relaciones entre votantes de ambos lados, incluso actos naturales han sido usados para alentar la competencia política. Una semana antes de la votación, un enjambre de abejas asesinas atacó a personas que llegaron a ver hablar a Uribe en un mitin en favor de Duque en un pequeño pueblo en el norte de Colombia. Los simpatizantes de Duque acusaron a la gente de Petro de soltar las abejas en un acto de «bioterrorismo».

«Ahora resulta que las abejas africanas son petristas», dijo luego Petro en Twitter. «¿Será porque son obreras?»

Funcionarios dijeron después que el helicóptero de Uribe quizás esparció las abejas y las alborotó.

Petro, ex integrante de la guerrilla M-19 que firmó el acuerdo de paz con el gobierno en 1990, promete reformar el modelo económico de Colombia. Quiere que Colombia deje de depender de exportaciones de combustibles fósiles y aumentar la producción agrícola subiendo los impuestos sobre terrenos inactivos o dándoselos a campesinos pobres si los dueños se los venden al estado. La admiración que tuvo inicialmente por el venezolano Hugo Chávez y su promesa de campaña – que ya abandonó – de crear una constituyente han creado temores entre algunas personas que creen que él convertirá a Colombia en «otra Venezuela».

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