ROMA
AP
El presidente italiano tomó juramento ayer al primer gobierno populista de Europa occidental, una mezcla de ministros derechistas y antisistema que prometen un programa de «Italia primero», para alarma del establishment europeo.
Los políticos euroescépticos del continente aplaudieron la juramentación del nuevo gobierno de coalición integrado por el movimiento antisistema 5-Estrellas y el derechista Liga. El índice de la bolsa de Milán subió ayer luego de que los populistas italianos pusieron fin a tres meses de estancamiento y formaron el primer gobierno populista de Europa occidental.
El presidente Sergio Mattarella, que negoció durante tres meses de impasse político hasta encontrar un gobierno viable, presidió la ceremonia de ayer en los salones dorados del Palacio del Quirinal. Dieciocho ministros –cinco de ellos mujeres– prestaron juramento de respetar la Constitución y trabajar exclusivamente en bien de los intereses nacionales.
El crucial Ministerio de Economía fue para un economista tradicional cercano al centroderechista Forza Italia del expremier Silvio Berlusconi. Mattarella había vetado al candidato de 5-Estrellas propuesto por sus posiciones euroescépticas.
La nueva ministra de Administración Pública es la abogada centroderechista Giulia Bongiorno, conocida por su defensa del expremier Giulio Andreotti cuando fue acusado de complicidad con la mafia.
La ceremonia puso fin a una semana de turbulencia política y económica al acordar con el presidente que no designarán a un ministro de economía euroescéptico.
Hoy se celebra el Día de la República, la fecha en 1946 cuando Italia abolió la monarquía y creó la Primera República.
El veloz ascenso de 5 Estrellas y su alianza con la Liga, un partido antiinmigrante, han sido bautizados como el nacimiento de la Tercera República, después de la derrota del orden político de posguerra en la elección del 4 de marzo.
El premier Giuseppe Conte, quien había prometido ser el «abogado defensor del pueblo italiano» en su primer intento fallido de formar gobierno, tuvo un anticipo de lo que muchos italianos esperan de él al iniciar labores. Al salir del Parlamento, se encontró con un grupo de trabajadores recientemente despedidos que reclaman trabajo.
«Tienen que confiar en todos nosotros», les dijo Conte después de escuchar sus reclamos.
La bolsa de Milán subió 2,5% por la mañana y las tasas de interés bajaban después de un fuerte aumento durante la semana, cuando parecía que Italia iba a nuevas elecciones que podían transformarse en un referendo sobre la pertenencia a la zona del euro.
Los populistas y derechistas de Europa consideraron la noticia una bofetada a Bruselas. La dirigente ultraderechista francesa Marine Le Pen tuiteó, «¡Bravo la coalición!»