Por agencia/dpa
Managua
El Ejército de Nicaragua aseguró hoy que tiene «control absoluto de sus fuerzas y medios» y calificó de calumnias las versiones extraoficiales sobre un supuesto apoyo a la acción de la Policía y paramilitares contra manifestantes civiles.
En un comunicado de prensa, el Ejército rechazó la «manipulación de información falsa» que circuló profusamente esta semana en las redes sociales y que señaló que miembros de la entidad castrense participaban como francotiradores en apoyo al Gobierno.
«No aceptaremos jamás informaciones calumniosas. El Ejército de Nicaragua tiene control absoluto de sus fuerzas y medios», subrayó el informe.
Videos difundidos ayer por WhatsApp mostraron a grupos de presuntos activistas del Gobierno portando armas de fuego que entraban y salían del Hospital Militar, propiedad del Ejército.
Cuando estalló la crisis en Nicaragua, el Ejército aseguró que no intervendría para «reprimir manifestaciones civiles» y solo se dedicaría a proteger objetivos económicos estratégicos.
El comunicado castrense también informó que durante los violentos sucesos ocurridos ayer en Managua, el Hospital Militar recibió a dos personas muertas y 11 heridas. Indicó que 10 de las personas presentaban heridas por armas de fuego, incluyendo un niño de 10 meses de edad.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh, independiente) informó hoy que 11 personas murieron y 79 resultaron heridas ayer en violentos sucesos en tres ciudades del país, donde la Policía y paramilitares disolvieron con violencia manifestaciones civiles.
En Managua, el ataque de turbas y paramilitares al concluir una manifestación de miles de personas convocada por la opositora Alianza Cívica dejó seis muertos y 47 heridos. Entre los fallecidos figura un niño de 15 años, precisó el Cenidh en un comunicado de prensa.
Un informe de Amnistía Internacional (AI) difundido el martes habla de 83 muertos confirmados, en su gran mayoría jóvenes y estudiantes, desde que iniciaron las protestas contra el Gobierno el pasado 17 de abril. El Gobierno reportaba hasta ayer 24 muertos.
El conflicto se inició con una protesta de universitarios contra una reforma del Seguro Social, que afectaba a miles de trabajadores y jubilados, pero se extendió tras la violenta acción policial contra manifestantes desarmados.
