POR CALEB JONES Y SOPHIA YAN/AP
Hawái

Las autoridades repartieron máscaras de gas entre la población para protegerla de las cenizas y cristales arrojados por el volcán Kilauea, en Hawái.

Lindsey Magnani, su novio Elroy Rodrigues y sus dos hijos recogieron sus máscaras hoy en Cooper Center en el poblado de Volcano.

Magnani dijo que ambos chicos -Kahele Rodrigues, de 2 años y Kayden Rodrigues, de 3 meses- estaban bien, pero que ella y su novio se habían pasado el día estornudando.

«Esta mañana percibimos un olor como de azufre, así que cerramos las ventanas», relató Magnani.

Por ahora la mayoría de los habitantes vieron si acaso una capa delgada de cenizas sobre la superficie, pues los vientos despejaron parte de la columna de humo de 9.100 metros (30.000 pies) de altura.

«Parecía polvo, como arena de playa”, dijo Joe Laceby, habitante de Volcano, un poblado a poca distancia al noreste del Kilauea. Las cenizas irritan un poco, dijo, “pero no mucho”.

Laceby selló sus ventanas con envoltura de plástico para evitar que entren las cenizas y los gases volcánicos, y tenía preparadas sus máscaras de gas.
La erupción del Kilauea ocurrió poco después de las 4 de la mañana del jueves tras dos semanas de actividad volcánica en que la lava entró a barrios residenciales y arrasó con por lo menos 26 viviendas. Los expertos estimaron que ese estallido fue el más potente de días recientes, aunque probablemente duró unos pocos minutos.

Geólogos han advertido que el volcán podría tornarse más violento y que nuevas erupciones podrían arrojar más cenizas y rocas del tamaño de vacas.

Los vientos mantuvieron alejadas a las cenizas de la granja vinícola Volcano Winery, dijo la gerente Lani Delapenia. El día anterior, el local había quedado cubierto de una delgada capa de polvo blanco pero el jueves las cenizas no cayeron allí. La fuerza y la orientación del viento están marcando la diferencia, dijo la mujer.

“Estamos bien y esperamos que la gente siga viniendo a visitarnos y a pedir vino, porque nosotros seguimos produciendo”, dijo Delapenia. Agregó que desde donde está, tiene una excelente vista de la espesa columna de humo.

Julia Neal, administradora de la granja Pahala Plantation Cottages a unos 45 kilómetros (28 millas) al sudoeste del volcán, dijo que los empleados han estado recogiendo sus máscaras de gas en el centro comunitario local. Los que sufren de asma se están quedando en sus casas, agregó.

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