Singapur/dpa

Singapur, donde se reunirán el 12 de junio el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, no es un lugar típico para cumbres diplomáticas internacionales.

Sin embargo la ciudad-Estado del sudeste asiático de 5,6 millones de habitantes, es continuamente sede de encuentros entre importantes actores políticos.

Singapur, que traducido significa «ciudad de leones», se ha impuesto finalmente sobre otras tantas ciudades asiáticas y europeas que esperaban convertirse en el escenario de la Cumbre.

Trump será el que tenga que hacer el viaje más largo, pues Washington se encuentra a 15,500 kilómetros en línea recta. Kim está a solo 4,750. Tanto Corea del Norte como Estados Unidos tienen allí una embajada, lo que facilita la organización.

Con esta serán tres las cumbres que se celebren en el país más pequeño del sudeste asiático. En abril tuvo lugar allí una reunión de los jefes de Estado y Gobierno de los miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean), de la que Singapur ostenta la Presidencia en 2018. Y en noviembre se celebrará una segunda Cumbre, pero en esta ocasión con invitados de otros países, entre ellos posiblemente Trump.

A nivel diplomático Singapur ya es conocida por el diálogo de Shangri-La, un foro al más alto nivel sobre política de defensa para la zona Asia-Pacífico que se celebra una vez al año en el hotel de mismo nombre.

Singapur es uno de los países más ricos del mundo y también una de las ciudades con el coste de vida más elevado. Además, en lo que se refiere al peligro de atentados, está considerado como un lugar extremadamente seguro.

El primer ministro, Lee Hsien Loong, ya había destacado en varias ocasiones que su país está muy interesado en adquirir el papel de anfitrión para la histórica Cumbre y es uno de los pocos que mantiene una relación relativamente normal con Corea del Norte. Para el país comunista Singapur es el octavo mayor socio comercial, aunque sea a un nivel muy bajo.

Pese a la gran distancia que los separa, su relación con Estados Unidos es más estrecha. Junto a China y Malasia, Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de Singapur.

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