POR CALEB JONES/AP
PAHOA

Las laderas del volcán Kilauea ofrecen un ambiente rural con vegetación exuberante a un precio accesible, en contraste con los costos inmobiliarios en otras partes de Hawái, pero la vida en uno de los volcanes más activos del mundo tiene sus riesgos: se han abierto una docena de fisuras de lava en las calles del distrito y los incendios arrasaron con 35 inmuebles.

Resultaba difícil distinguir en las fotos aéreas cuántos inmuebles eran viviendas y cuántos estaban deshabitados, dijo el alcalde interino del condado de Hawai, Wil Okabe.

El barrio Leilani Estates recibió la orden de desalojo cuando la lava del Kilauea se abrió paso a través de grietas en el suelo y destruyó varias viviendas.

El distrito de Puna es una región de caminos de piedra volcánica a unos 30 minutos en auto desde la población costera de Hilo.

En Puna abundan tanto la selva espesa, como los campos de piedra volcánica negra de erupciones anteriores. Las laderas bajan desde la cima de Kilauea a las playas de arena blanca y los acantilados ásperos.

Hay cultivos de nueces macadamia y otros productos junto con viviendas de multimillonarios rodeadas de parques. También hay casas humildes en pequeños lotes rodeadas de autos y camiones viejos.

Para muchos que no viven en Hawái, es difícil comprender por qué alguien se arriesgaría a vivir cerca de un volcán activo con poderes tan destructivos.

Pero la gente de aquí conoce los riesgos y los acepta.

Amber Makuakane, maestra de 37 años y madre soltera de dos hijos, perdió su vivienda de tres habitaciones donde vivía desde hacía nueve años.

“El volcán y la lava siempre han sido parte de mi vida”, dijo. “Es pasmoso… pero he aprendido a aceptarlo”.

Los habitantes usan tanques para recolectar agua de lluvia y pozos sépticos. Muchos dependen de la energía solar y no están conectados a la red eléctrica.

Kilauea está en erupción constante desde 1983. Nada indica cuándo se detendrá el flujo actual de lava ni hasta dónde se extenderá. Los científicos del Servicio Geológico de Estados Unidos consideran que continuará hasta agotar el magma del sistema.

El gobernador de Hawái, David Ige, indicó ayer a los desalojados que llamó a la Casa Blanca y la Autoridad Federal de Emergencias (FEMA) para advertir a los funcionarios que el estado requerirá ayuda federal.

El domingo, algunas personas pudieron regresar para recoger medicamentos, mascotas y artículos de primera necesidad. Podrán hacerlo mientras las autoridades consideren que no hay peligro.

Artículo anteriorSe retrasa la entrega de migrantes a federales en EE. UU.
Artículo siguienteVicepresidente Irán: Línea dura planea derrocamiento de Rohani