Carlos Alvarado asumió hoy la presidencia de Costa Rica con un enérgico llamado a la unidad nacional y a enfrentar los graves desafíos del país, como un grave déficit fiscal, el narcotráfico, la delincuencia y la situación de seguridad.
San José/dpa
En un discurso de unos 35 minutos, Alvarado, que a sus 38 años será el gobernante más joven de América Latina, dijo que trabajará por construir una nueva Costa Rica, que retome su liderazgo en materia de derechos humanos, con una educación de calidad, inclusiva y que se convierta, en el mediano plazo, en el «laboratorio de la descarbonización» en el mundo.
«Este país se construyó desde la ciudadanía y no desde lo militar, y fue solo cuando las circunstancias lo demandaron, que civiles valientes afrontaron la tarea bélica», recordó Alvarado sobre Costa Rica, que abolió el Ejército hace 69 años.
El mandatario dijo que su Gobierno será firme en el combate a la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción, al tiempo que insistió en la urgencia de la aprobación de un paquete tributario para enfrentar el agudo déficit fiscal que enfrenta el país, y que en 2017 se situó en el 6,2 por ciento del producto interno bruto (PIB).
«No podemos esperar más, y las dilaciones nos costarían muy caras», advirtió el Presidente, cuyo período se extenderá por cuatro años.
El politólogo, escritor y periodista asumió en un acto solemne celebrado en la Plaza de la Democracia y de la Abolición del Ejército, ubicada en el centro de la capital costarricense.
El nuevo mandatario recibió la banda presidencial tras ser juramentado por la presidenta de la Asamblea Legislativa, Carolina Hidalgo, ante unas 5 mil personas, incluidas delegaciones de unos 106 países y la presencia de siete gobernantes de la región, entre ellos el boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Lenín Moreno.
«Prometo lo que siempre he prometido. Trabajar, trabajar y trabajar», dijo el jefe de Estado, tras ser investido.
Alvarado, quien se define como «progresista», sucedió a Luis Guillermo Solís, de quien fue ministro de Trabajo y de Desarrollo Humano y de Inclusión Social.
El nuevo gobernante ha prometido convertir a Costa Rica, un pequeño país centroamericano de 4.9 millones de habitantes y 51,100 kilómetros cuadrados, en una nación desarrollada.
Alvarado se trasladó desde la explanada de la Sabana, en el occidente de la capital, hasta la Plaza de la Democracia junto a su equipo de Gobierno en un autobús propulsado con combustible de hidrógeno, como una muestra de su intención de promover proyectos de energías limpias durante su administración.
A la actividad del traspaso de mando asistieron también los presidentes Jimmy Morales de Guatemala, Salvador Sánchez Cerén de El Salvador, Juan Carlos Varela de Panamá, Danilo Medina de República Dominicana, y la primera ministra de Aruba-Curacao, en representación de los Países Bajos, Evelyn Wever-Croes.
Alvarado, que compitió en las elecciones por el oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), ganó la segunda vuelta del 1 de abril ante el predicador evangélico Fabricio Alvarado.