POR SHEILA BURKE/AP
Nashville, Tennessee, EE.UU.

Sin saber quién era ni qué pudiera hacer, la policía tuvo brevemente en la mira a Travis Reinking días antes del fatal tiroteo en un restaurante de Waffle House en Nashville.

Alertados sobre el robo de un BMW la semana pasada, los policías decidieron no iniciar una riesgosa persecución vehicular, sabiendo que el carro tenía un dispositivo GPS y podía ser ubicado.

Ciertamente, el vehículo fue recuperado ese mismo día, en las afueras del edificio de apartamentos donde vive Reinking. Pero la policía no determinó quién se lo había robado hasta el domingo, después del ataque en Waffle House. Para ese momento, las autoridades dicen, el hombre de 29 años con un historial de incidentes usó un fusil automático -el mismo AR-15 le fue quitado una vez a pedido del FBI- para matar a cuatro personas y herir a otras cuatro.

Reinking se escapó a pie del restaurante luego que uno de los comensales le arrebató el arma, y entonces se deshizo de la chaqueta verde que llevaba. Para cuando fue capturado en una zona de árboles, la policía había revisado su apartamento y hallado el llavero del BMW robado.

El teniente de la policía de Nashville Carlos Lara dijo a reporteros que unos albañiles le avisaron a su unidad sobre la presencia del sospechoso. Los policías cercaron a Reinking, quien se acostó en el suelo para ser esposado. Reinking llevaba una mochila negra en la que tenía una pistola y balas calibre .45. Reinking pidió entonces un abogado y fue llevado a un hospital antes de ser formalmente detenido por cuatro cargos de homicidio.

El arresto culminó una operación de 24 horas en la que participaron más de 160 agentes, pero despertó incógnitas sobre la respuesta oficial a meses de conducta preocupante antes del ataque al restaurante, incluyendo encuentros con la policía en Illinois y Colorado y un arresto en la Casa Blanca.

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