Por RENATO DOMINGUES
RÍO DE JANEIRO
Agencia (AP)
Miles de soldados y agentes de la policía entraron ayer a un complejo de favelas de Río de Janeiro, en uno de los operativos más grandes por parte de las fuerzas militares desde que tomaron el control de la seguridad de la segunda ciudad más grande de Brasil el mes pasado.
Río es víctima de una ola de violencia después de casi dos años de que albergó los Juegos Olímpicos de 2016, evento que fue precedido por una gran labor para mejorar la seguridad, pero que se ha deteriorado drásticamente debido a que los narcotraficantes luchan por el control de las zonas de la ciudad. Las milicias formadas por agentes de la policía y ex agentes también compiten por la influencia.
Las consecuencias han sido frecuentes tiroteos en zonas marginadas y que en ocasiones se han esparcido hasta las áreas más adineradas a lo largo del famoso malecón de la ciudad.
Ayer, 3 mil 400 soldados y 500 elementos de la policía ingresaron al Complejo de Lins. El comando militar indicó que estableció un perímetro en el área para evitar que sospechosos escaparan y para limpiar objetos que las pandillas colocaron para obstruir las calles. Los soldados caminaron por las calles y vehículos blindados transitaron a través de las favelas.