San Diego
DPA

La comunidad latina se moviliza desde hoy en San Diego contra la llegada el martes del presidente Donald Trump, que en su primera visita a California irá a inspeccionar en la zona fronteriza los ocho prototipos del muro.

Hoy hay dos protestas convocadas en el centro de la ciudad fronteriza y mañana martes, con Trump ya en la ciudad, tendrán lugar al menos otras cinco. Una de ellas está programada en la zona industrial de Otay, en el lugar accesible más cercano al área en el que se levantan los prototipos.

Las autoridades locales han elevado la seguridad ante la llegada del mandatario y las protestas contra él, cortando calles cercanas y restringiendo el acceso a determinadas zonas con objetos que puedan ser utilizados como armas.

California es un bastión progresista en el que Trump y su mano dura contra la inmigración generan fuerte rechazo. Las dos cámaras del Congreso estatal están controladas por el Partido Demócrata, al que pertenecen su gobernador, Jerry Brown, y el fiscal general estatal, Xavier Becerra.

«En California nos enfocamos en los puentes, no en los muros», manifestó hoy el gobernador Brown en una carta enviada a Trump ante su visita de mañana. Becerra manifestó por su parte que no hay ningún encuentro previsto con el presidente.

De sus 39 millones de habitantes, son latinos unos 15 millones, cerca del 39 por ciento. Según las estimaciones, allí viven 2,3 millones de indocumentados.

Tres leyes aprobadas a finales del año pasado convirtieron a California en el primer estado santuario del país, lo que significa que sus funcionarios tienen prohibido colaborar con las autoridades federales migratorias para localizar, detener y deportar a inmigrantes sin papeles.

«Nuestra prosperidad no está construida sobre el aislamiento», señaló Brown en su carta a Trump. «California prospera porque damos la bienvenida a los inmigrantes y a los innovadores de todo el globo».

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