Por Tatiana Rodríguez/dpa
Tallahassee/Miami

Las familias de las 17 víctimas mortales que dejó hace tres semanas una masacre en Florida y los supervivientes de la misma celebraron la aprobación de una nueva ley en el estado que regula el uso de armas e insistieron en que «esta vez las cosas tienen que ser diferentes».

Veintiún días después de la masacre en la escuela Marjory Stoneman Douglas de Parkland los avances en el control de armas en el «estado del sol» han sido progresivos. Hechos similares ocurridos en el pasado como el tiroteo en Las Vegas y en Orlando no generaron una movilización similar.

En tiempo récord el Senado y la Cámara de Representantes aprobaron la ley que deberá ser sancionada por el gobernador Rick Scott, a quien las familias pidieron «actuar rápido».

«Sabemos que el voto de hoy es el comienzo de un camino para prevenir futuros actos de violencia armada en escuelas. Aplaudimos a los miembros de la legislatura de Florida que valientemente votaron en contra de su propio interés político para hacer lo correcto por la seguridad de nuestras escuelas», escribieron en un comunicado.

Con 67 votos a favor y 50 en contra, la Cámara terminó de sancionar el texto que ya había sido aceptado el pasado lunes por el Senado también con una votación reñida. La iniciativa pasó por ambas instancias rápidamente debido a que el próximo viernes terminarán las sesiones ordinarias en el Capitolio de Florida.

El texto, que incluye la posibilidad de armar profesores y funcionarios de las escuelas, es el primero de su tipo que se haya discutido en décadas en la legislatura del estado, que ha sido sede de dos de las más grandes masacres de los últimos tres años.

Asimismo, los congresistas aprobaron el aumento de 18 a 21 años en la edad mínima para comprar un arma, la revisión por tres días de antecedentes y el desembolso de unos 400 millones de dólares para el tratamiento de enfermedades mentales y la implementación de seguridad escolar.

Varios padres de víctimas mortales asistieron a la sesión de hoy en Tallahasse, capital de Florida, y celebraron con aplausos la aprobación que para ellos marcará «un cambio en la historia del estado y del país».

La nueva ley, que debe recibir la firma de Scott, es el resultado de una serie de reacciones que han puesto en duda la efectividad de la Segunda Enmienda constitucional que otorgó en 1791 a los estadounidenses el derecho a armarse.

Para el gobierno federal no es todavía tiempo de implementar un cambio más drástico. El presidente Donald Trump ha insistido en la necesidad de frenar la violencia armada que ha dejado más de 300 muertos en medio siglo solo en las masacres más graves pero con medidas que no incluyen la prohibición de las armas.

El mandatario apoya la idea de dotar con armas a personas calificadas en cada escuela «teniendo en cuenta que el 98 por ciento de las masacres ocurren en lugares libres de armas», además de revisar a fondo el estado mental y los antecedentes de los compradores de armas.

«Es un tema muy importante y estamos pasando por un momento crítico. Estamos empeñados en convertir el dolor en acciones y de verdad creo que las personas en esta mesa quieren eso», señaló la semana pasada en una reunión con congresistas republicanos y demócratas.

Aunque el gobernador de Florida aún no ha confirmado si firmará o no la ley, se sabe que tampoco comparte la idea de armar al personal educativo.

Ayer fueron también imputados a Nikolas Cruz, presunto autor de la masacre, 34 cargos: 17 por asesinato premeditado en primer grado y el mismo número por intento de homicidio.

Cruz, de 19 años, está detenido desde el Día de San Valentín, cuando abrió fuego con un fusil AR-15 en la escuela secundaria ubicada unos 58 kilómetros al norte de Miami y a la que había asistido hasta el año pasado.

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