SAO PAULO
AP
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó un decreto presidencial que pone a las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro bajo control militar, mientras soldados y agentes se desplegaban para combatir la delincuencia en la ciudad.
El ejército asumió el viernes oficialmente el control de la policía de Río de Janeiro, pero el decreto presidencial todavía necesita aprobación legislativa. La Cámara baja aprobó la medida ayer y el Senado cerró el tema poco antes de medianoche.
Por el momento no se han anunciado los detalles del plan, generando dudas incluso entre los partidarios de la iniciativa.
Durante la noche, efectivos militares y policías fueron destacados en Río, en la primera operación a gran escala desde el cambio de mando. Fueron apostados en las principales vialidades que conectan Río con el resto del país en un intento de impedir el contrabando de drogas, armas ilegales y mercancías robadas hacia la ciudad, dijo el portavoz militar, coronel Roberto Itamar. Unos 3 mil efectivos militares participan en la operación.
Vehículos blindados recorrían ayer las calles de un sector en la bahía de Guanabara y lanchas patrullaban las aguas de la zona. Los soldados y policías instalaron retenes y registraban a quienes salían o entraban durante el tránsito de personas en la mañana.
Anoche, 11 personas estaban detenidas y se habían confiscado seis pistolas, seis granadas y una gran cantidad de drogas, dijo el departamento de seguridad estatal.
La operación estaba planeada desde antes de que el nuevo comandante asumiera el control, aunque éste no ha presentado aún su plan para atacar la ola de violencia en Río. Sin embargo, Itamar aseguró que la intervención militar no se circunscribirá solo a la mera presencia de soldados en las calles.
“La población verá una mejoría en las acciones de las instituciones que constitucionalmente son las responsables de velar por la seguridad pública en Río de Janeiro”, dijo el militar en entrevista con la AP.