Por MAURICIO SAVARESE
SAO PAULO
AP

Un día después de que una condena por corrupción arrojara serias dudas sobre su futuro, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva insistió el jueves en que su nombre estará en las boletas para la elección presidencial de octubre, si bien parece reconocer que podría ser dejado a un lado.

Los comentarios a integrantes de alto rango de su Partido de los Trabajadores, de tendencia izquierdista, subrayan el enigma que enfrenta el partido que gobernó a Brasil entre 2003 y 2016: Su mejor oportunidad de ganar la presidencia se apoya en Lula, pero el popular líder podría terminar siendo inelegible o incluso tras las rejas.

Sus posibilidades de contender se desplomaron estrepitosamente el miércoles cuando una corte de apelaciones ratificó una sentencia por soborno contra él e incluso incrementó la sentencia a más de 12 años.

«Espero que esta candidatura no dependa de Lula», declaró el ex líder en la reunión del jueves, insinuando que otros en el Partido de los Trabajadores deben estar listos para seguir adelante con su visión de país. «Ustedes tienen que mover al pueblo brasileño».

Personas leales al partido en la reunión del jueves reiteraron su postura de que Lula será el candidato y que nadie está contemplando alternativas.

«No hay un plan B a la candidatura de Lula», indicó la presidenta del partido, Gleisi Hoffmann. «Lula es el plan A al Z».

Unos cuantos cientos de miembros votaron simbólicamente a favor de la candidatura de Lula, y el partido pretende registrarlo el 15 de agosto, el último día en que se puede hacer. Muchos integrantes manifestaron el interés de registrar a Lula incluso si se encuentra encarcelado.

Sin embargo, al mismo tiempo, medios noticiosos locales reportaron que los partidarios están calladamente considerando otros candidatos, entre ellos el ex alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, y el ex gobernador de Bahía, Jaques Wagner, quien asumió varios cargos en el gabinete durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores.

Pero ninguno de los dos políticos se acerca siquiera a Lula en las encuestas de preferencias.

«Tenemos a Pelé en nuestro equipo y 15 partidos hacia la final», dijo el ex ministro de Salud, Alexandre Padilha, en referencia al ex astro del fútbol. «Nadie aquí piensa que deberíamos a dejar a Pelé fuera por si acaso un defensa desea sacarlo de la cancha después de cinco juegos».

Según las leyes brasileñas, una condena penal que ha sido ratificada en una apelación hace que la persona sea inelegible para contender por la presidencia, aunque Lula aún tiene varias opciones para aparecer en la boleta a través de una apelación ante cortes superiores. Finalmente, el Tribunal Electoral Supremo del país toma las decisiones sobre candidaturas, y el Supremo Tribunal Federal también podría sopesar el caso.

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