Por MARCOS ALEMÁN
SAN SALVADOR
AP

Al menos 3,954 personas fueron asesinadas en 2017 en El Salvador y a pesar de que la situación mejoró respecto del año anterior la nación centroamericana aún es una de las más violentas del mundo.

El director de la Policía Nacional Civil, Howard Cotto, informó en conferencia de prensa ayer que el año pasado hubo un promedio de 60,8 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, el equivalente a 10,8 por día, lo que implica una reducción desde los 5,280 homicidios perpetrados en 2016.

“Por segundo año hay una reducción de más de 20 puntos porcentuales y esto es positivo, es un avance”, dijo a The Associated Pres el criminólogo y experto en temas de seguridad, Ricardo Sosa y recordó que en 2015 El Salvador registró un promedio de 104 muertes violentas por cada 100 mil habitantes.

Destacó que el avance en el combate a la delincuencia mejoró con el cambio de estrategia de las autoridades de seguridad pública y la implementación de una serie de medidas extraordinarias que afectaron al sistema penitenciario y que permitieron, por ejemplo, aislar en prisión a los cabecillas de las pandillas, a quienes se responsabiliza de la mayoría de los crímenes que se cometen en el país.

Sosa destacó además que en 36 de los 262 municipios del país no se registraron homicidios y en 134 hubo menos de uno al día. Por ello el experto advirtió que el gobierno debe poner más atención a los 92 municipios más violentos del país, “revisar los planes y estrategias de seguridad y si es necesario hacer una recomposición de los mismos”.

Pese al avance, señaló que se mantiene la percepción de inseguridad entre la población. “Todas las encuestas de opinión manifiestan que la inseguridad, el crimen, el delito y las pandillas son el principal problema de los salvadoreños”, dijo.
“Las pandillas siguen molestando, siguen matando, siguen cobrado renta (extorsión).

Son una plaga que no se termina, los matan y salen más como hormigas”, dijo en entrevista con AP José Bermúdez, un trabajador de una empresa privada. El hombre, de 45 años, reclamó “que las leyes sean más duras, porque los capturan y salen rápido a seguir matando”.
Cotto informó además que el año pasado hubo 536 enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y las pandillas en los que murieron 413 delincuentes y 46 policías, cuyas muertes fueron resueltas en 21 casos con 60 detenidos.

Según información oficial, el año pasado las pandillas también asesinaron a 23 miembros de las fuerzas armadas, tres custodios de cárceles y un alumno de la Academia Nacional de Seguridad Pública, en su mayoría cuando gozaban de licencia.

En El Salvador, las maras o pandillas están integradas por más de 67 mil jóvenes y adultos. Se encuentran en barrios y comunidades populosas y según las autoridades están involucradas en el narcotráfico, la extorsión y el crimen organizado.

 

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