POR AGENCIAS/DPA
Berlín
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, señaló que, a pesar de las dificultades, en el país latinoamericano se han logrado avances en la implementación del acuerdo de paz firmado hace justo un año con la exguerrilla de las FARC.
«Según nuestros cálculos han sido asesinados desde principios del pasado año 57 miembros de ONGs. Ése es el precio que tenemos que pagar para la reorganización de esas regiones», indicó el dirigente en una entrevista concedida al semanario alemán «Der Spiegel» publicada hoy.
«Más del 50 por ciento de los asesinatos han sido esclarecidos», precisó.
Santos explicó que el país se encuentra en una «fase de transición de la guerra a la paz» en la que los conflictos ya no se deciden con armas, sino con medios democráticos. Una situación, que según reconoció, no ha evitado que en algunas zonas del país se registre un incremento de la violencia.
«Quizás aumentó la violencia en algunas regiones antes de que el Estado lograse controlar definitivamente el territorio. La nueva ordenación económica y social conduce habitualmente a la violencia porque los grupos armados, que están financiados por narcotraficantes, quieren defender su negocio», justificó.
Preguntado por si las FARC habían entregado todas sus armas, el mandatario señaló que en «ningún» otro acuerdo de paz firmado en el mundo la proporción numérica entre guerrilleros desmovilizados y armas entregadas era tan buena como en Colombia.
«La cantidad de armas entregadas supera a la cantidad de guerrilleros que declararon estar listos para la paz», precisó.
En relación con la crisis abierta en Venezuela, por la que Colombia también se ve afectada con la llegada de miles de personas que han huido del país, Santos dijo que confía en no tener que llegar al punto de construir campos para acoger a los ciudadanos del país vecino.
«Espero no tener que tomar estas medidas. (…) Buscamos caminos para conseguirles trabajo legal a los migrantes venezolanos pero el núcleo del problema está en Venezuela, no en Colombia», recalcó.
Santos admitió que las relaciones con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, «no son buenas» pero expresó su deseo de lograr una solución pacífica al conflicto abierto entre el Gobierno y la oposición y urgió a celebrar «elecciones limpias».