Por JONATHAN LEMIRE y JILL COLVIN
TOKIO
AP

El presidente estadounidense Donald Trump, quien se encuentra de gira por Asia, declaró el lunes que Norcorea “es una amenaza para el mundo civilizado” y que Estados Unidos “no tolerará” que ese país amenace a sus vecinos.

Trump no descartó la posibilidad de tomar acción bélica y exhortó al dictador norcoreano Kim Jong Un a dejar de lanzar pruebas de misiles, como las que ha realizado sobre territorio japonés en semanas recientes.

Además criticó a gobiernos anteriores por tratar de usar la diplomacia con Pyongyang, declarando que “la era de la paciencia estratégica se acabó”.

«Hay quienes dicen que mi retórica es muy fuerte pero mira lo que ha pasado con la retórica tan débil que hemos tenido los últimos 25 años”, dijo Trump acompañado por el primer ministro japonés Shinzo Abe en conferencia de prensa.

Añadió que Norcorea amenaza “la paz y la estabilidad internacional”. Abe, quien ha mantenido una postura más dura contra Norcorea en comparación con sus predecesores, coincidió con Trump en que “todas las opciones están sobre la mesa” al tratar con Kim Jong Un, y anunció nuevas sanciones contra individuos norcoreanos.

Poco antes Trump se reunió con familiares de japoneses que han sido secuestrados por Norcorea y calificó tales secuestros como “una tremenda desgracia”.

Trump prometió trabajar para lograr la libertad de los desaparecidos, intensificando la presión sobre el líder norcoreano, al propagar los angustiosos relatos en un escenario internacional con la esperanza de presionar a Pyongyang a que ponga fin a su actitud agresiva hacia los países en la región.

«Acabamos de escuchar estos relatos tan tristes de estos familiares –hijas, esposas, hermanos, tíos, padres– historias muy, muy tristes las que hemos escuchado”, dijo Trump. «Se trata de gente secuestrada en todos los casos por Corea del Norte y trabajaremos con el primer ministro Abe para tratar de que los desaparecidos regresen con sus seres queridos”.

Trump y la primera dama Melania Trump se reunieron con una veintena de familiares de los secuestrados, algunos de los cuales trajeron retratos de sus allegados. Norcorea admite que detuvo a 13 japoneses en las décadas de los setenta y ochenta, pero dice que ya los ha soltado a todos a excepción de los que ya murieron. Pero en Japón, donde el tema es sumamente sensible, el gobierno insiste en que los secuestrados fueron más que esos y que muchos deben estar todavía vivos.

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