Por COLLEEN LONG y TOM HAYS
NUEVA YORK
AP
En ciudades como Nueva York, Chicago y Austin, en Texas, donde hay grandes eventos en la calle planeados para los próximos días, la policía trataba de tranquilizar ayer a los atemorizados residentes con algunas de las precauciones que se están tomando para evitar un escenario como el de Las Vegas.
El jefe de la policía de la ciudad de Nueva York dijo que suele colocar a buenos tiradores con prismáticos en las azoteas para revisar cualquier ventana cercana en busca de posibles amenazas. Además, los helicópteros sobrevuelan los eventos con francotiradores a bordo y los detectives realizan barridos de seguridad en los hoteles próximos.
Pero reconoció que no hay mucho más que se pueda hacer.
«Entendemos que ninguna ciudad ni localidad en este país es completamente inmune a ese odio desatado”, dijo el director del Departamento de Policía de Nueva York, James O’Neill.
David Katz, director general de Global Security Group, que realiza entrenamientos con tiradores activos en todo el mundo, añadió: «La respuesta que si hay un francotirador haya un contra-francotirador».
Pero «no se pueden desplegar unidades policiales con francotiradores en todas partes”, señaló Katz. «En algún punto hay demasiadas cosas ocurriendo a la vez, demasiadas oportunidades para frenarlos a todos. Desafortunadamente, si alguien tiene la intención de hacer daño, encontrará la forma de hacerlo”.
A pesar de las garantías de una fuerte presencia policial en el festival de música Austin City Limits de este fin de semana, que se espera que reúna a 75 mil personas por día en el centro de la capital de Texas, los organizadores ofrecían reembolsos a quienes se sientan incomodos tras la balacera de Las Vegas.
David C. Kelly, subdirector gerente de la firma K2 Intelligence, y antiguo subcomisario de antiterrorismo de la policía de Nueva York, dijo que la balacera obliga tanto a la seguridad privada como a las autoridades a dar a los acontecimientos más habituales un trato que solía reservarse a ocasiones especiales como la visita de un presidente o el papa.
«Tal vez eso es lo que hay que hacer ahora», dijo Kelly. «Está obligando a las fuerzas de seguridad a ver esto en tres dimensiones, el auto en la multitud, la bomba en la mochila, y ahora el asalto desde el aire”.