Por MARI YAMAGUCHI
TOKIO
AP

La Comisión de Energía Atómica de Japón se pronunció hoy porque la energía nuclear siga siendo un componente clave del suministro de electricidad del país pese a un amplio respaldo del público a una sociedad menos dependiente de esa fuente de energía.

La comisión recomendó en un reporte que la energía nuclear constituya al menos 20% de los suministros de Japón en el 2030, citando un plan previo del gobierno.

Dijo que el incremento en los costos de la electricidad causado por las importaciones de petróleo y la lenta reincorporación de los reactores ha afectado la economía.

El reporte de 322 páginas es el primero de la comisión desde el desastre en la planta nuclear de Fukushima en el 2011. Gran parte del documento explica los esfuerzos del gobierno para limpiar la planta y fortalecer los estándares de seguridad.

La reanudación de los reportes de la política nuclear es un indicio de las aceleradas gestiones de Japón para volver a utilizar más reactores.

«El gobierno debería dejar claro el beneficio a largo plazo de la energía nuclear y considerar las medidas que deben tomarse”, dijo el reporte.

Japón cerró todos sus reactores nucleares tras el desastre causado por el terremoto y el tsunami en el 2011, pero ha vuelto a poner en operaciones cinco de ellos. Con cuatro reactores operando el año pasado, la energía nuclear representó menos de 2% de la generación de electricidad en el país.

El desastre de marzo del 2011 causó fusiones de los núcleos en los tres reactores en la planta de Fukushima, forzando a la evacuación de miles de personas debido a la radiación. El gobierno, parlamentarios e investigadores privados atribuyeron el accidente a la mala cultura de seguridad del operador de la planta, Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), además de su colusión con reguladores. El desastre llevó a reformas de seguridad y regulaciones del sector nuclear.

El reporte de hoy se conoce en momentos en que los reguladores se disponen a certificar dos reactores en la planta nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, en el norte del país, también operada por TEPCO. La compañía dice que reiniciar las operaciones de la planta, una de sus tres instalaciones, es vital para financiar los costos de la limpieza en Fukushima y compensar a los residentes del área.

 

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