Por NICOLE WINFIELD y JUAN ZAMORANO
BOGOTÁ
AP

El Papa Francisco viaja a Colombia para intentar ayudar a cerrar las heridas abiertas por el conflicto más largo de Latinoamérica, impulsado por un nuevo alto al fuego firmado con un grupo rebelde, pero perfectamente consciente de la fragilidad del proceso de paz en el país.

Durante su profundamente simbólica visita de cinco días que arranca hoy se espera que el pontífice presione a los líderes colombianos para que aborden las disparidades sociales y económicas que alimentaron cinco décadas de rebelión armada, al tiempo que alentará al pueblo colombiano a equilibrar su necesidad de justicia con perdón.

En un mensaje en video difundido en la víspera de su partida, el Papa argentino pidió a todos los colombianos que den un “primer paso” y salgan al encuentro del otro por el bien de la paz y el futuro.

«La paz es la que Colombia busca desde hace mucho tiempo y trabaja para conseguirla», dijo. «Una paz estable, duradera, para vernos y tratarnos como hermanos, nunca como enemigos”.

A un año de que el gobierno de Bogotá rubricó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, la nación sudamericana sigue amargamente dividida por los términos del pacto, aunque los guerrilleros depusieron las armas y comenzaron a regresar a la vida civil.

Incluso la jerarquía de la Iglesia católica, que fue clave para facilitar las conversaciones de paz y ahora encabeza el proceso de reconciliación, está dividida por lo que muchos colombianos consideran que son unos términos demasiado generosos para los rebeldes responsables de atrocidades.

El expresidente Álvaro Uribe (202-2010), un férreo opositor del acuerdo, escribió una carta al Papa el martes expresando su preocupación por que el pacto impulsó un aumento en el tráfico de drogas y creó una incertidumbre económica que podría destruir el tejido social de Colombia.

«Su Santidad, todos queremos la paz, pero la tenemos que construir con legalidad, con determinación para precaver y sancionar la violencia que siembra desesperanza y nos aleja de la palabra de Dios”, escribió Uribe en la misiva que se filtró a la prensa local.

El avión del Papa Francisco partió de Roma hoy en la mañana en dirección a Colombia y tuvo que alterar su plan de vuelo para esquivar la trayectoria del potente huracán Irma en el Caribe.

A la media hora de partir el pontífice dijo a los periodistas que quería “ayudar a Colombia en su camino de paz”.

El Papa Francisco aprovechará su visita a Colombia para beatificar a dos sacerdotes católicos asesinados en medio de la violencia política y guerrillera: el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos y el obispo Jesús Emilio Jaramillo.

En lo que expertos consideran un gesto de reconocimiento al sacrificio de miembros de la Iglesia católica en medio de la vida turbulenta de la nación sudamericana, el pontífice encabezará la ceremonia de beatificación el viernes en la localidad de Villavicencio.

Colombia solo tiene una santa, la madre Laura Montoya, canonizada precisamente por Francisco en 2013, y nueve beatos en espera.

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